Por Raymundo Moreno
Cruenta, trágica y sangrienta, así es la realidad que se vive en el estado de Zacatecas, y por más estridentes que sean estas palabras, apenas alcanzan para describir el terror cotidiano que azota a la población, producto de una mezcla de ineptitud, de abandono y de revanchismo político.
Ineptitud y falta de empatía por parte del gobierno de David Monreal y no pocas administraciones municipales, acotadas por la asfixia presupuestal y la sumisión al poder central; abandono y revanchismo por parte del gobierno federal.
Andrés Manuel López Obrador solo le ha dado a Zacatecas palabras, no hechos, para combatir la inseguridad que provoca el crimen organizado. En cambio, a la Ciudad de México, gobernada (es un decir) por Claudia Sheinbaum, no le ha escatimado nada.
Ejecuciones, cuerpos colgando de los puentes, policías asesinados, balaceras, desapariciones forzadas, extorsiones y, por supuesto, la encarnizada lucha por las rutas de las drogas son la cotidianidad a la que los zacatecanos hemos tenido que ¿resignarnos?, ante la incompetencia del gobierno estatal y la simulación del gobierno de AMLO, que firma “acuerdos” de cooperación que no han servido para absolutamente nada.
Pero hay más. Compartí en mi cuenta de Twitter un dato aterrador, publicado este 30 de enero en diversos medios de comunicación nacionales:
De tres años a la fecha, en Zacatecas se encuentran desaparecidos 137 niños y niñas menores de once años. Esto, según datos recabados por el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas de la Secretaría de Gobernación, la de Adán Augusto López.
En este lapso de tiempo (de 2020 a 2022), desaparecieron 268. Fueron localizados 131, es decir, el 48.8%. Uno de ellos fue encontrado sin vida. Es en la capital donde se concentra el mayor número: 48. En segundo lugar, Fresnillo, con 23 y en el tercer lugar, Guadalupe, con 12.
Más datos: en los meses recientes Zacatecas, mi tierra natal, ha sido escenario de una escalada de asesinatos de funcionarios. El más reciente, ocurrido el 3 de diciembre de 2022, fue el del juez de control del Poder Judicial de Zacatecas, Roberto Elías Martínez, residente del municipio de Guadalupe, gobernado por morena.
O el del general José Silvestre Urzúa Padilla, coordinador de la Guardia Nacional en el estado, verificado el 24 de noviembre de 2022, coincidentemente, al cumplirse un año exacto de que AMLO implementase el “Plan Zacatecas II”, dirigido (supuestamente) a reducir los índices de criminalidad.
No extraña que esta iniciativa no cumpliera sus objetivos: a un estado de 75 mil kilómetros cuadrados (y en donde operan y se confrontan el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel del Golfo, el Cártel del Pacífico, el Cártel del Noreste y los Talibanes) se le asignaron 3 mil 500 elementos entre militares y Guardias Nacionales, limitados a “patrullar” e intervenir lo menos posible.
¡Tres mil 500 apenas, cuando al Metro de la Ciudad de México se le dedicaron 6 mil 500 elementos solo de la Guardia Nacional!
La diferencia es clara: la Guardia Nacional en el Metro de la capital del país apuntala la candidatura o al menos pretende encubrir las muchas deficiencias de la favorita de AMLO, Claudia Sheinbaum.
Dos hipótesis que no necesariamente se contraponen: al gobierno de López Obrador sencillamente no le interesa el bienestar de las y los zacatecanos, quizá porque en las encuestas su aprobación se ha desplomado y hoy es la entidad donde encuentra mayor rechazo; o bien, el que Zacatecas se mantenga en llamas afecta indirectamente las aspiraciones del senador Ricardo Monreal, un efecto mezquino con el que buscarían beneficiar a otras “corcholatas”.
En tanto, el pueblo que dice amar el presidente es quien paga la infinita voracidad de poder que mueve al obradorismo.
Refilón: hago votos porque el relevo en la Secretaría de Seguridad Pública local no sea cosmética, un General por otro, y se aproveche para hacer una profunda reflexión, autocrítica y convocatoria a la sociedad, incluidos los opositores, a fin de plantar cara a los enemigos de Zacatecas, tanto los clandestinos, como los que pudieran despachar en suntuosas oficinas gubernamentales.
Artículo publicado el 31 de enero de 2023 en la Revista Etcétera
