Por Jesús Zambrano Grijalva
Presidente Nacional del PRD
El jueves pasado intentaron asesinar a Ciro Gómez Leyva. Afortunadamente, el blindaje de su camioneta le salvó la vida.
Apenas el día anterior, desde su púlpito mañanero, López Obrador había declarado que escuchar a Ciro “es hasta dañino para la salud, o sea, si los escucha uno mucho hasta le puede salir a uno un tumor en el cerebro.”
Al día siguiente del atentado, López Obrador fingió solidarizarse con el periodista y exhibió su verdadera preocupación: “Quiero enviar mi solidaridad, enviarle mi apoyo a Ciro Gómez Leyva, que ayer fue víctima de un atentado. Afortunadamente no hubo consecuencias fatales, graves, y lo celebramos porque es un periodista, un ser humano, pero además es un dirigente de opinión pública, y un daño a una personalidad como Ciro genera mucha inestabilidad política.”
Es decir, el ataque armado que sufrió Ciro no fue algo grave, lo grave para López Obrador hubiera sido que lo asesinaran porque el homicidio de un periodista famoso sí le hubiera provocado una crisis a su gobierno.
Las declaraciones lamentables de López Obrador no quedaron ahí, esta semana han continuado: En la mañanera del lunes sugirió que el atentado contra el periodista pudo haber sido planeado por grupos de oposición para afectar a su gobierno; el martes escaló su atrocidad cuando especuló con la idea de que “pudo ser un autoatentado”; y ayer miércoles respondió que él no sería capaz ni se atrevería a “mandar a matar a nadie” ya que el Estado que representa no es opresor e insistió en señalar que el atentado a quien conviene es al propio periodista, a la empresa en la que labora y a sus opositores políticos.
Nadie puede culpar a López Obrador del atentado contra Ciro, sin embargo, sí podemos responsabilizarlo por su reacción indolente y sobre todo por contribuir, cada mañana, a un clima de confrontación y polarización en contra de los periodistas.
López Obrador lleva cuatro años denostando a los periodistas que lo cuestionan. Es un tipo de violencia política institucionalizada que se expresa con la persecución descarada y acoso constante hacia los medios de comunicación, líderes de opinión y académicos que se han atrevido a disentir y criticar los retrocesos democráticos de su gobierno.
La gravedad y consecuencias de esta violencia está a la vista de todas y todos y ha sido señalada en diversas ocasiones por múltiples organizaciones internacionales en defensa de periodistas.
La semana pasada, unos días antes del atentado, la organización Reporteros sin Fronteras, por cuarto año consecutivo volvió a clasificar a México como el país más mortífero para la prensa.
Por su parte, la organización Artículo 19 señaló en su último informe que cada 14 horas se agrede a un periodista o medio de comunicación por ejercer su labor en México. Dentro de esas agresiones se han contabilizado 37 asesinatos en lo que va de la administración de López Obrador, siendo el primer semestre del presente año el más letal contra la prensa.
El atentado contra Ciro es un ataque contra la libertad de expresión y debería de ser un parteaguas en el clima de confrontación y polarización que estimula cada mañana López Obrador, pero ha resultado todo lo contario.
Por eso, desde el PRD nos unimos al importante llamado que están haciendo cerca de 200 periodistas para solidarizarse con Ciro Gómez Leyva y para exigirle a López Obrador que cese el hostigamiento que ejerce con periodistas críticos y asuma su responsabilidad política en este intento de asesinato.
Artículo publicado el 22 de diciembre de 2022 en El Diario del Yaqui