Por Arturo Prida Romero
Presidente del IX Consejo Nacional del PRD
El mes de febrero de este año, ha sido una prueba al Estado mexicano, pero también para todos los habitantes del país, puesto que en tan solo tres semanas fuimos testigos de fallas institucionales, de carencias en los protocolos de actuación y, además, del creciente salvajismo y odio que hay contra las mujeres, del cual surgen auténticos monstruos carentes de bondad, de empatía y de control.
Durante décadas, nuestra sociedad ha destacado por su indiferencia hacía la violencia y la discriminación que sufren las mujeres, los adultos mayores, los indígenas, entre otros grupos sociales. Pero estos últimos meses parece que estas conductas misóginas han escalado a niveles insostenible. Este mes hemos sido testigos de la fatídica historia de Ingrid, Fátima y Karol; tres mujeres brutalmente asesinadas.
Una de ellas asesinada y desollada por su pareja en su plena juventud. Otra de ellas, una niña de siete años raptada en las puertas de su escuela, que fue torturada hasta la muerte; y la última, una bebé que murió en las manos de su madre, la cual la abandonó para tratar de inculpar a otras personas, asegurando que la habrían raptado. Todos estos casos tienen algo en común, violencia sin escrúpulos en contra de las mujeres.
La suma de los tres casos anteriores ha provocado la indignación de todos, pero en particular de más de 61 millones de mujeres, que han tomado bajo sus manos la imperiosa labor de incidir en un cambio de paradigma, uno donde sean tratadas con respeto, con dignidad y sin violencia. La diferencia entre este y otros movimientos feministas recientes, es el punto de ignición, a diferencia de muchos otros, éste surge de la empatía y sororidad.
No existen intereses electorales o partidistas detrás de la organización, esta vez los partidos políticos de todos los colores e ideologías son sólo acompañantes y divulgadores, más no los convocantes, estas manifestaciones, marchas y paros, son esfuerzos organizacionales se construyeron desde la ciudadanía.
El movimiento de protesta es promovido por mujeres, que reclaman justicia, estado de derecho, hacen un llamado a que paren ya los feminicidios. El pináculo de sus esfuerzos es un paro nacional denominado #UnDíaSinNosotras, #UnDíaSinMujeres en donde los colectivos de mujeres llaman a que ese día las mujeres, no usen el transporte público; no carguen gasolina, no compren ni paguen nada, no asistan a sus trabajos, para mostrar así que, las mujeres son valiosas, productivas, y debemos respetar sus derechos y exigir se garantice seguridad.
Activistas, colectivos feministas y ciudadanas convocan el 9 de marzo a “un día sin mujeres”, como parte de su exigencia de ser escuchadas, de visibilizar la emergencia nacional en la que estamos y de que haya un freno a la violencia de género. Ya basta de la inacción del gobierno, ya basta de la violencia machista.