Durante última semana de julio 2020 los mercados financieros continúan dando muestra de incertidumbre relacionada con el desempeño de las principales economías en el planeta posterior a las medidas de contra la Covid-19. En particular los inversionistas han visto con desconfianza los reportes trimestrales de algunos sectores de la economía estadounidense.
Las publicaciones de algunos reportes trimestrales en Estados Unidos han afectado severamente la percepción de riesgo. Como ejemplos están el sector energético, el cual ha sufrido fuertes pérdidas en ingresos de emisoras como Chevron, Philipps 66 y Exxon o el aumento en deuda pública en porcentaje del producto interno bruto (PIB) se ubicó en 79.98% en el primer trimestre del 2020 ubicándose en un nivel de 94.7% y se espera que rebase el 100%.
Asimismo, se reportó una contracción histórica en el PIB de Estados Unidos de 32.9% en el segundo trimestre con cifras anualizadas, la mayor contracción desde 1947 y muy por encima del 8.4% reportada en la crisis de 2008 en el cuarto trimestre. De esta forma culminó la expansión más larga en la historia de Estados Unidos, de 10 años y 8 meses, dando inicio a la recesión.
Estados Unidos sigue siendo la nación con más casos de Covid-19 a nivel mundial donde el aumento en contagios durante junio 2020 evaporó la expectativa de una recuperación económica acelerada en forma de “V”. El incremento en casos de coronavirus en el mundo ha ocasionado que se frenen los procesos de reapertura, aunado a un encierro voluntario por miedo a contagiarse y seguir recomendaciones de expertos.
De esta forma, el ritmo de la recuperación estará relacionada con el desarrollo de la pandemia y posible vuelta al confinamiento, el desempeño del mercado laboral y de la inversión privada así como la eficacia de los estímulos aplicados por los diferentes gobiernos.
Otra gran fragilidad en los mercados durante la última semana de julio, se debió principalmente a la expectativa de una política monetaria acomodaticia en Estados Unidos en el anuncio de política monetaria de la Reserva Federal. Asimismo, durante julio 2020, los casos de coronavirus tuvieron un repunte, principalmente en Estados Unidos y en consecuencia, el mercado mostró incertidumbre y favoreció otras monedas en su paridad con el dólar. En consecuencia, la moneda mexicana cerró julio con una apreciación de 3.18% y mostrando una amplia volatilidad anualizada de 20.2%.
Así, durante la última semana de julio 2020 hubo fuerte turbulencia en los mercados financieros todavía por los estragos provocados por la pandemia de Covid-19 en la economía mundial al mostrar datos preocupantes, en especial de la economía estadounidense.
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