Con un implante cerebral personalizado, una paciente de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón reportó una mejoría remarcable en su trastorno obsesivo compulsivo (TOC) resistente a los medicamentos. Según un comunicado de la universidad, es la primera vez que un electrodo interviene en dos regiones del cerebro para obtener un doble beneficio, ya que el implante también trata la epilepsia de la paciente.
El estudio publicado en la revista científica Neuron reporta la aplicación de estimulación responsiva cerebral profunda por primera vez en una persona para el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo. El procedimiento quirúrgico se realizó el 5 de marzo de 2019, cuando se implantó el dispositivo con el objetivo primario de tratar la epilepsia de Amber Pearson, la paciente.
A petición de Pearson, el sistema de neuroestimulación implantado para tratar sus convulsiones resistentes a los medicamentos también se programó para abordar su trastorno obsesivo compulsivo. Según la universidad, esta persona hizo la petición, tras informarse por cuenta propia de casos donde los pacientes con este tipo de implantes reportaban una mejoría de sus padecimientos psiquiátricos, incluyendo el TOC.
Por esto, los cirujanos se aseguraron de que el implante de 32 milímetros alcanzara también la porción del cerebro conocida como núcleo accumbens. Esta zona cerebral se asocia con la motivación y la acción, así como con los impulsos compulsivos, asegura el comunicado. Posteriormente, los investigadores trabajaron para identificar las señales cerebrales asociadas a los pensamientos compulsivos en el caso particular de Pearson y se programó el implante para responder a estas señales con estimulación eléctrica.
Según el estudio, en los siguientes seis a ocho meses, los síntomas del trastorno obsesivo compulsivode Pearson disminuyeron significativamente, mientras su actividad cerebral disparaba menos frecuencia la estimulación del implante. Tras dos años desde que se habilitó la estimulación del implante, los efectos han persistido, asegura el estudio publicado el 20 de octubre de 2023. De acuerdo con la paciente, sus compulsiones disminuyeron drásticamente, permitiéndole formar relaciones más saludables con las personas alrededor de ella.
Al respecto, la Clínica Mayo describe al trastorno obsesivo compulsivo como un padecimiento caracterizado por un patrón de pensamientos y miedos no deseados, que provocan comportamientos repetitivos. Dichas obsesiones y compulsiones interfieren en las actividades cotidianas, causando gran sufrimiento emocional.
Sobre este punto, la Fundación Internacional para el TOC puntualiza que este ciclo de obsesiones y compulsiones llega al extremo de consumir más de una hora al día. Asimismo, señala que 7 de cada 10 personas con TOC podrían beneficiarse de medicación y terapia de exposición y prevención de respuesta. Para los casos resistentes a las formas estándar de tratamiento, se estudian actualmente diversos procedimientos, entre los cuales se encuentra la estimulación cerebral profunda mediante un implante.
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