Por Rogelia González Luís
En nuestro país, la demanda de la participación política de las mujeres en la vida política se ha traducido en una necesidad apremiante, desde diversos espacios se han impulsado una serie de reformas legislativas, desde los pactos y la hermandad entre mujeres como lo menciona Marcela Lagarde, los avances gestados en la participación política es producto de las luchas que hemos dado las mujeres.
En el año 2019, se dio la reforma más importante para el reconocimiento en la Constitución del principio de paridad conocida como: “Paridad en Todo”. Al reformar artículos de la Constitución, donde se objetiva la máxima tutela de los derechos humanos de participación y representación política de las mujeres. En este 2020 se dio la reforma legislativa en materia de violencia política, para llegar a su publicación en el Diario Oficial de la Federación tanto la cámara de diputadas y cámara de senadoras hicieron un gran esfuerzo para aprobar las reformas en materia de paridad total y violencia política contra las mujeres en ocho leyes, con el objetivo de avanzar en alcanzar la igualdad sustantiva.
Sin duda, el estricto cumplimiento al principio de paridad constitucional, significará un incremento sustantivo de la participación de las mujeres en el ámbito público. Lo que implicará también, un incremento en los índices de violencia política contra las mujeres en razón de género. Esta modalidad de violencia constituye una clara violación a los derechos políticos de las mujeres, violencia que vulnera sus derechos humanos, principalmente su derecho a la vida, a la igualdad, a la no discriminación, el derecho a una vida libre de violencia, y de representación y participación política. La violencia política no solo impacta de manera negativa la contienda electoral y representación de las mujeres en el desempeño de los cargos públicos, también trastoca la vida cotidiana de las mujeres y de la democracia.
Aunado a ello se deberán impulsar y armonizar las leyes en las entidades federativas, sin duda la gran labor y el impulso de las mujeres para lograr las reformas no va a ser fácil ya que somos un país multicultural y pluri étcnico, en el que se tienen arraigados los sistemas normativos, en donde cada comunidad tiene sus propios mecanismos que muchas veces violenta la participación política de las mujeres indígenas. En donde se siguen considerando que la opinión de las mujeres no cuenta, que las mujeres tienen que pedir permiso, donde se siguen viviendo desigualdades y discriminación que deja en desigualdad a las mujeres indígenas para participar en los puestos de decisión.
Lo que hemos vivido las mujeres en la vida política es que los hombres siguen utilizando a las mujeres, ridiculizándolas, evidenciándolas para dejar claro que no cuentan con la capacidad para ocupar un encargo, mujeres que hemos ocupado cargos como regidoras, sindicas, hemos vivido violencia política desde el cabildo la discriminación y son obstáculos que siguen existiendo en el ejercicio público. Muchas mujeres teniendo los cargos las ignoran, las aíslas, y seguimos enfrentando muchos obstáculos, víctimas de acoso y hostigamiento. Por ello es fundamental continuar fortaleciendo los derechos políticos de las mujeres para que se logre su participación en la vida política de nuestro país, destinar mayor presupuesto para la capacitación política con perspectiva de género de derechos humanos e interculturalidad. Es importante impulsar la sensibilización, capacitación, la participación de las mujeres indígenas en los espacios de tomas de decisiones es fundamental.
Como mujer indígena considero que debe haber inclusión para ocupar espacios de toma de decisiones. Las mujeres plurales seguiremos impulsando desde nuestros espacios la armonización legislativa como una necesidad urgente y la paridad en todo como una causa esencial de la democracia de nuestro país, por lo que instamos a los congresos locales a la aprobación de la armonización legislativa #ParidadTotalYa
