Por Antonio Medina Trejo
Urge que el activismo de todos los movimientos sociales accedan al poder legislativo y a cargos de gobierno para que sean contrapeso, propongan y defiendan sus causas desde los mismos espacios de decisión política.
Esta propuesta no es nueva. Lleva cuando menos tres décadas de ser impulsada por la izquierda mexicana y sí ha tenido buenos resultados. No obstante, en el momento actual, cuando el presidente de México ha cooptado o callado a algunos movimientos sociales, los ha estigmatizado y ha restringido recursos para que lleven a cabo sus actividades, se hace necesario que el activismo verdaderamente comprometido con sus causas acuda al llamado que hacen algunos entes partidistas o agrupaciones nacionales para ocupar espacios de decisión política.
Hay muchas experiencias de activistas que en el pasado ocuparon curules o cargos en instituciones públicas, aportando para el feminismo, la lucha contra el sida, la defensa de la ecología y el medio ambiente, de la salud, de las infancias o el movimiento de la diversidad sexual, grandes avances legislativos o de políticas públicas que hoy forman parte de derechos ganados y acciones de gobierno vigentes.
El llamado que hace “Sí por México”, una agrupación de organizaciones civiles que defiende diversas causas de la sociedad civil, cobra sentido en un momento en que el debilitamiento de órganos autónomos desde el poder presidencial y la violación del Estado laico se ha convertido en parte de la política del gobierno actual, que a todas luces está destruyendo logros del pasado plasmados en leyes, políticas públicas e instituciones democráticas y que hoy al presidente y su movimiento le estorban para perpetrarse en el poder.
Esa devastación del Estado que lleva a cabo López Obrador para garantizar la continuidad de su proyecto personal requiere de una izquierda social y política unida, que logre ser un contrapeso desde los mismos espacios de toma de decisiones, en donde las ideas y propuestas del activismo social sea una fuerza que contenga, proponga y materialice los ideales democráticos de la sociedad civil organizada.
Ante ello, se requiere madurez política del activismo que ha sido envenenado con el divisionismo apartidista que todos los días el presidente refuerza desde el púlpito mediático de las mañaneras, donde intimida a quienes osan criticarlo y utiliza las instancias del Estado mexicano para amedrentar a quienes no concuerdan con él y su proyecto político.
Por ello, en el contexto electoral del 2021, a mitad del sexenio, urge que la sociedad civil tome el poder a través del ejercicio democrático de las elecciones con propuestas inteligentes en las agendas partidistas que han abierto sus espacios para la participación ciudadana, entre ellas, en el Partido de la Revolución Democrática, un partido por antonomasia construido desde las diferentes luchas sociales que ha permitido grandes cambios en las tres décadas de su existencia.
La conjunción de esfuerzos entre partidos y sociedad civil es un ideal de la democracia, que hoy en día es una necesidad imperante para enfrentar con estrategias eficaces las decisiones políticas unipersonales o de un solo partido, ya que van en detrimento de los diversos grupos sociales afectados en su acceso a derechos conquistados y excluidos de los beneficios que el Estado mexicano debe dar a toda la sociedad, sin clientelismos ni sectarismos fomentados desde el poder presidencial.
“Sí por México” es un canal de comunicación libertario entre algunos partidos políticos con visión social que facilitarán ese proceso en estas elecciones de 2021, que son la antesala del 2024 para lograr contrapesos inteligentes y eficaces desde los espacios de decisión política.
@antoniomedina41
Nota: Hoy, 20 de octubre de 2020 a las 20:00 horas, será la presentación de “Sí por México” a través de: sipormexico.org/lanzamiento @SiPorMx Face: SiPorMx
