Por Jesús Zambrano
Ante la crisis de inseguridad, el desabasto de medicinas, el cobro a pacientes en instituciones de salud y el evidente desorden en el recién nacido INSABI, el Presidente López Obrador ha reaccionado diciendo que será hasta el próximo 1 de diciembre cuando la sociedad mexicana tendrá seguridad y los problemas en las instituciones de salud sean eficientes y gratuitos.
¿Eso fue lo que prometió en su campaña para ganar la Presidencia? ¿Eso fue a lo que se comprometió cuando ganó y asumió el poder? ¿A caso no dijo que cuando llegara a Palacio Nacional de inmediato bajarían los índices delictivos, la economía crecería al 4% el primer año y que al final de su sexenio sería al 6%, y que los problemas de salud serían rápidamente resueltos porque todos ellos, eran producto de la corrupción y, por lo tanto, al acabar de inmediato con esos males automáticamente serían erradicados?
Pero todo ello ha sido una falsedad. Contrariamente a sus promesas, los problemas se han agudizado. El 2019 fue el año más violento de los últimos 3 sexenios, la economía no creció (quedó en cero por ciento) y la corrupción está enquistada en su gabinete (caso Bartlett, director de la CFE), defendida desde el gobierno (véase el ridículo de Irma Eréndira Sandoval en la Función Pública), y a diario están muriendo niños y adultos enfermos de cáncer, VIH y con padecimientos renales, por falta de medicamentos.
¿Por qué, entonces, debemos esperar hasta diciembre, si hasta ahora no ha cumplido lo prometido? ¿Y mientras tanto, qué siga muriendo gente por la incapacidad de combatir la inseguridad y por la incompetencia de otorgarle a la gente la calidad de salud que requiere?
Cuando el año pasado se creó la Guardia Nacional dijo que sería para abatir la inseguridad. Hasta la Constitución Política se reformó con la aprobación de todas las fuerzas políticas, la gobernante y las opositoras. Pero tenemos a más de 14 mil miembros de esa institución en la frontera sur conteniendo a migrantes centroamericanos que quieren llegar a Estados Unidos, como si fueran la Border Patrol, solo que pagados con dinero de los mexicanos. ¡El 20% de los efectivos de la Guardia Nacional al servicio de Trump en lugar de cuidar la seguridad de las familias mexicanas!
Duele decirlo, pero el país no va bien. Entiendo que por los golpes mediáticos del Presidente y el manejo efectivo de su rechazo a los símbolos más visibles e insultantes del viejo régimen, López Obrador siga contando con niveles de aprobación social cercanos al 60%. Es natural que la mayoría de la gente siga teniendo esperanza de que pronto nuestros grandes, graves y añejos problemas puedan resolverse pronto.
Pero ese tiempo está llegando a su límite. Se está acabando la paciencia de la gente. El Presidente está estrellándose con la dura realidad.
Recién el Fondo Monetario Internacional pronosticó que para este 2020 nuestra economía solo crecerá 1% y el año próximo 1.6%. ¿Lo va a desmentir el Presidente como lo hizo el año pasado? Y todo porque AMLO ha decidido no destinar recursos públicos a la inversión fija bruta, ni dar certidumbre jurídica para que las empresas privadas inviertan sus capitales. La responsabilidad principal de este nulo crecimiento es de este gobierno, como lo es también la inseguridad y la crisis en el sector salud, no de “las administraciones anteriores”.
Por lo mismo no debemos, no podemos, esperar al 1 de diciembre confiando solamente en los dichos mañaneros, ni distraernos con tonterías como la de la rifa del avión presidencial.
Hay que exigir al Presidente que cumpla su palabra. Que atienda la inseguridad modificando su estrategia. Que atienda el desabasto de medicinas. La gente debe hacerse escuchar mediante amparos legales. Que se le finque responsabilidad por haber despilfarrado 30 millones de pesos en Estados Unidos por tener estacionado el referido avión. Molestan las crudas verdades pero hay que decirlas.
Estes artículo fue publicado por el Diario del Yaqui el 23 de enero de 2020