La obesidad infantil en México es un grave problema de salud pública, según la Unicef, a nivel nacional uno de cada tres niños y adolescentes tiene sobrepeso. En Latinoamérica, México es el país que más consume productos ultraprocesados y los más adeptos a consumirlos son los jóvenes de entre 8 y 16 años.
Según los datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se ingiere un promedio de 214 kg por persona al año. Las cifras continúan elevándose y la problemática crece cada año, por ello y con el objetivo de prevenir, tratar y revertir la obesidad infantil, diversos organismos públicos y privados señalan algunas recomendaciones.
En el corto plazo, la obesidad afecta la salud física y mental de los jóvenes, por lo general padecen depresión por culpa de las burlas y el acoso. Asimismo, a medida crecen, el sobrepeso les causa problemas mayores como diabetes o hipertensión.
Como un niño con sobrepeso tiene un 60% de probabilidades de seguir teniéndolo en su adultez, instituciones como el Centro de control de peso de adolescentes y niños del Hospital de Massachusetts señala las siguientes sugerencias a implementar a los padres para prevenir o revertir el sobrepeso.
Mejorar los tiempos de descanso: los niños de 6 a 12 años deben dormir de 9 a 11 horas. Dormir bien ayuda al cerebro a controlar el apetito y alcanzar un peso saludable. Se recomienda a los padres retirar a los niños celulares o tabletas además de apagar todos los dispositivos electrónicos una hora antes de dormir con el fin de crear una rutina de descanso.
Hacer ejercicio: los médicos recomiendan a los padres identificar los intereses deportivos de sus hijos con el fin de buscar equipos deportivos o actividades para crear un vínculo diferente con la salud física en los niños. También se recomienda para ello, limitar el uso de la televisión e Internet a dos horas por día y suplantar el demás tiempo por alguna actividad física.
Evitar comida y líquidos procesados: los niños deben evitar la mayor parte de los productos procesados, esto con el fin de frenar la creación de malos hábitos alimenticios. Con ello se recomienda tomar bebidas sin azúcar en todas las comidas, es recomendable que los padres sean un ejemplo a seguir y eviten también consumir estos productos.
A nivel nacional, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) da recomendaciones nutricionales a los mexicanos para que la población pueda sustituir alimentos de acuerdo a su ingreso económico. Esto debido a que en México el 80 por ciento de la población tiene algún grado de pobreza.
Como la obesidad se encuentra prácticamente en todos los estratos socioeconómicos de la población mexicana, el Estado debe garantizar la alimentación y salud de todos sus habitantes; es el objetivo del INSP, afirma su director Ángel Rivera.
Finalmente además de afectar la esperanza de vida de los mexicanos, la obesidad es un problema económico severo. Este problema causa una reducción del Producto Interno Bruto (PIB) equivalente a 1.3 billones de pesos, informa la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Tal cantidad es 10 veces mayor al presupuesto de la Secretaria de Salud, un golpe considerable a la economía mexicana.
Seguir recomendaciones de los expertos para prevenir, tratar y revertir la obesidad infantil sería conveniente, ya que las cifras de este problema demuestran los efectos y el costo para la salud pública.
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