México enfrenta el riesgo de recibir miles de toneladas de plásticos contaminados y sucios, principalmente de los Estados Unidos, ante la decisión del gobierno chino de cerrar sus fronteras a este tipo de desechos, afirmó Marisa Jacott, directora de Fronteras Comunes y de la campaña “Quemar Basura Mata”.
El riesgo se presenta porque la industria global del reciclaje plástico busca nuevos mercados y porque México no ha firmado la enmienda del Convenio de Basilea para el control del movimiento transfronterizo de residuos, que tiene como objetivo limpiar el comercio internacional de estos desechos y reducir los daños a la salud ambiental por las fugas de plásticos.
Jacott asegura que los países de la OCDE no han incorporado esta enmienda por el bloqueo de los Estados Unidos para seguir exportando sus plásticos contaminados a países en vías de desarrollo, donde las capacidades técnicas de reciclaje no son las adecuadas, afectando la salud de las personas y el ambiente.
Por su parte, Miguel Rivas, líder de proyecto de Océanos sin Plásticos, de Greenpeace México e integrante de la campaña “Quemar Basura Mata”, mencionó que la organización ambientalista realiza una campaña para que las marcas de productos de consumo más importantes reduzcan el uso de plásticos.
Tanto Fronteras Comunes como Greenpeace México urgen a la ratificación de la enmienda del Convenio de Basilea para que el país se sume a las 97 naciones que ya lo han hecho, para reducir y minimizar los residuos desde su fuente de generación, así como detener el ingreso masivo de plásticos no reciclables, mixtos y contaminados, principalmente provenientes de los Estados Unidos.
Asimismo, demandan se prohíba en México la incineración de estos residuos, ya que hacerlo contraviene las buenas prácticas para el manejo de los desechos plásticos.
El Convenio de Basilea sobre el Control de los Movimientos Transfronterizos de los Residuos Plásticos tiene como meta proteger la salud humana y el ambiente de los efectos adversos de los desechos peligrosos, tomando en cuenta las vulnerabilidades de los países en desarrollo.
NTX