loader image
lunes, noviembre 25, 2024

¿Quién detiene a Monreal?

-

Header

Por Saúl Loera

 Tres fueron las derrotas del presidente en la pasada elección del 6 de junio. Una, no lograr la mayoría calificada en la Cámara de Diputados. Dos, perder 9 alcaldías de la Ciudad de México, su bastión político y centro neurálgico del país. Tres, que se le desfondara su delfín para sucederlo, Claudia Sheinbaum y, al mismo tiempo, se fortaleciera el aspirante al que nunca va a ceder su trono: el senador Ricardo Monreal Ávila. 

Si bien Morena no sucumbió electoralmente ni a nivel nacional ni en la CDMX y además, su avance territorial al ganar 11 gubernaturas es enorme, el golpe en la Ciudad de México fue brutal y pone al habitante de Palacio Nacional ante un panorama que jamás imaginó. La derrota en CDMX tuvo consecuencias graves. Primero, la ruptura entre Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. No sólo debido a la disputa por la responsabilidad de la tragedia del metro en Tláhuac, sino por las acusaciones del equipo de la Jefa de gobierno, respecto a que Mario Delgado, operador de Marcelo, deliberadamente abandonó la Ciudad para provocar su derrota. 

Segundo, al perder 9 de 16 alcaldías, incluyendo Tlalpan, su hogar político y material, Claudia Sheinbaum queda sin fuerza política real, para retener la capital y ser una candidata presidencial competitiva. Por más eventos en el Auditorio Nacional que le realice su jefe, llevando de acarreados a todo el gabinete. 

Pero la consecuencia de mayor envergadura es el ascenso del senador Ricardo Monreal como el aspirante más serio dentro de aquel instituto político. Justo el ´precandidato´ que debió ser triturado y dejado fuera de la contienda, es el que hoy aparece como el más fuerte contendiente dentro de Morena. 

Recordemos que Sheinbaum se alió con Bejarano, el señor de las ligas, para quitarle la alcaldía Cuauhtémoc y dársela a su esposa, Dolores Padierna. Pero jamás imaginaron que Monreal pudiera operar con tanta velocidad y efectividad, pues logró colocar a una ex colaboradora suya como candidata a esa alcaldía pero como abanderada de la coalición PAN-PRI-PRD, ´Va por México´. Y vaya que le pasó encima a Padierna, pero sobre todo a Sheinbaum. 

Cuando el oriundo de Macuspana despertó el 7 de junio pasado, se dio cuenta que su delfín yacía en la lona y que por el contrario, el senador Monreal, a quien algunos morenistas llaman “el cáncer de Morena”, se había levantado como el aspirante a vencer de cara al 2024. 

Su hermano ganó Zacatecas, él mismo apoyó a más de un candidato a gobernador dentro de ese partido, y su anterior colaboradora, se alzaba con la victoria en la Alcaldía Cuauhtémoc. Todo ello, por su puesto, reafirmándolo cómo el recio coordinador de la bancada de Morena en el Senado de la República. Posición clave y que el presidente necesita para aprobar sus anunciadas reformas. Si lo que intentó el senador fue dar un 

manotazo en la mesa morenista y demostrar que no los necesita para ganar elecciones, a todos ellos les debió quedar claro el mensaje. 

Desde luego, el presidente de la república pronto acusó de recibido y decidió, muy a su manera, evitar pronunciar su nombre y eliminarlo de su terna para competir por la candidatura para sucederlo. Pero el senador está más vivo que nunca y ha decidido meterse él mismo a la disputa interna. Sabe que tiene una jugada política maestra, o lo dejan competir dentro de Morena por la candidatura o, al excluirlo, le dan la excusa perfecta para abandonar ese instituto político y aceptar la postulación de los partidos de oposición atrincherados en la coalición ´Va por México´. 

Es fama que el senador cultiva nexos con personajes de todos los partidos políticos. Además, si alguien sabe de campañas presidenciales y conoce a Andrés como pocos, es Monreal Ávila: no por nada le operó tres elecciones presidenciales. ¿Quién va a detenerlo? Vaya disyuntiva que enfrenta su antiguo jefe político y ahora presidente de todos los mexicanos: o pacta con él y acepta su candidatura o lo excluye con el riesgo que rompa no sólo su “movimiento de regeneración nacional”, sino que se descarrile su propio gobierno. 

- Publicidad -