Por Benjamín Muñiz
Hace unos días, el mundo se convulsionó con la noticia que el Presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump y la Primera Dama, Melania Trump dieron positivo a COVID19. Debo reconocer que, en un principio, tome la noticia con cierta suspicacia. Creí que no era más que un ardid político en aras de buscar la reelección, sin embargo, su hospitalización me hizo cambiar de opinión.
El día de ayer lunes leía la columna de Pablo Hiriart en El Financiero (publicada en la página de internet https://elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/posible-cambio-de-candidato-que-elecciones) y no puedo estar más de acuerdo con él. Las condiciones son propicias para que el Partido Republicano cambie a su abanderado para contender por la Presidencia de los Estados Unidos, pero no solo por las consideraciones de Hiriart, que no son menores: por supuesto que una persona con todos los índices de riesgo de salud no puede ser el titular del Poder Ejecutivo más poderoso del mundo, sino que, a mi parecer, hay otros elementos a considerar.
Antes de que la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV2 comenzará, Donald Trump estaba firme en su camino hacia la reelección, incluso, el intento fallido del impeachment promovido por los Demócratas, le había regalado, prácticamente, la elección de 2020, pero si algo debemos tener seguro es que en la política no hay nada seguro.
De un día a otro, el mundo se vio afectado por una pandemia que ha ocasionado, según cifras oficiales, más de un millón de muertes en todo el mundo, además de una crisis mundial global sin precedentes. En este entorno, ciertos países han tenido una gran reacción, otros no tanto. Estados Unidos reaccionó mal, muy mal.
La reacción del gobierno estadounidense ante la pandemia le costó caro a Trump. De golpe vio como sus sueños de reelección se perdían. La unidad Demócrata en torno al ex Vicepresidente Joe Biden también fue determinante. El panorama que vivimos hoy día es completamente diferente al que teníamos hace un año. Según una encuesta practicada el viernes y sábado en EUA, el 51% de los electores apoya a Biden, mientras que el 41% apoya a Trump. El final de esta contienda parece escrito.
Se rumora que en las próximas horas Trump saldrá del hospital. ¿Estuvo enfermo y se recuperó o por lo menos está estable? Es una posibilidad. ¿Fue una creación para generar empatía y buscar subir sus números ante la inminente jornada electoral? No lo creo, y si lo fue, fue la peor estrategia posible. Lo que generó la caída en la popularidad del magnate neoyorkino fue, precisamente, el mal manejo de la pandemia. El hecho que ahora sea él el contagiado no va a genera mejoría en sus números, al contrario, creo que sería un motivo de peso para que los indecisos le retiren su apoyo. No se cuidó, no cuido a su pueblo y ahora está enfermo. ¿Y si hubiera muerto? Las consecuencias al respecto serían muy complejas. Considero que muchos estadounidenses no le podrán perdonar que, derivado de su necedad y egocentrismo, se haya puesto en riesgo la estabilidad política de la Tierra de la Libertad.
Estamos a poco menos de un mes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El candidato republicano va en picada y su salud solo empeora las cosas. ¿Su partido decidirá relevarlo? Sí lo hacen a estas alturas, ¿será suficiente? ¿Por primera vez llegará a la Vicepresidencia una mujer de la mano de Joe Biden? Hay, todavía, muchas interrogantes que solo el tiempo nos irá respondiendo, por lo pronto, solo queda estar muy atentos a lo que sucede con nuestro vecino país del norte. No podemos olvidar que, nos guste o no, lo que sucede allá, afecta irremediablemente a México.
