El pastelazo de la consulta, no encontró destinatario.
Por Saúl Loera
Por fin la oposición entendió que la mejor acción para contrarrestar los ataques del presidente de la república, es ignorarlo. Mejor estrategia no pudieron tener ante la consulta popular “para enjuiciar a los expresidentes”, que dejarlo solo en su monólogo. Como reza el dicho: para pelear se necesitan dos, y justo eso fue lo que no sucedió, el pendenciero de palacio, se quedó sin nadie con quién hacer pelea.
Desde su arribo a la presidencia, la oposición partidista ha sucumbido a las provocaciones del presidente, no ha sabido sino reaccionar coléricamente a la menor provocación, permitiendo así, que éste se adueñe de la agenda pública de nuestro país. Ya sea que los descalifique, los culpe del pasado o les endilgue algún chistín provocador; los partidos de oposición siempre habían caído en el garlito y reaccionaban justo como lo esperaba: respondiendo con furia ciega, sin entender que justo eso es lo que el presidente busca, no sólo para así justificar su “gran lucha contra los oscuros intereses del pasado”, sino también, para que se hable únicamente de los temas que a él le interesan.
Pero en esta ocasión lo dejaron sólo, a él y a su partido, a no ser por el verborreico Vicente Fox, en general ninguna figura de la oposición entró al debate sobre la “histórica” consulta, simplemente le hicieron vacío. Ni le dieron promoción, ni la promovieron así fuera para votar en contra, ni mucho menos llevaron a sus afiliados a participar en ella. Por el contrario, cada que pudieron señalaron que el país tenía problemas mucho más graves y urgentes, como para andar derrochando dinero en sketches tan caros.
Desconozco si esa fue su intención, pero al negarse a formar parte de la discusión, lograron exhibir a nuestro presidente y a su partido, mostraron cómo no fueron capaces de entusiasmar a la ciudadanía ni tampoco a la mayoría de sus simpatizantes. ¿A dónde quedaron los 30 millones de votantes del 2018, los 20 millones de hace dos meses? Apenas más de 6 millones de personas asistieron a las urnas. ¿Será que los mexicanos ya se cansaron de escuchar el mismo cuento a diario? Para un partido de masas como lo es Morena y para un gobierno que entrega dinero a todas sus bases vía programas sociales, “como nunca en la historia”, ese nivel de participación simple y sencillamente es un rotundo fracaso.
Cuánto le habrá preocupado el asunto al oriundo de Macuspana, que ya salió a provocar a la oposición, a invitar a “todos los conservadores” a unirse para que busquen destituirlo en la próxima consulta de revocación de mandato. Claro, sabe que sin adversario no hay contienda, que sin “enemigos del pueblo”, el pueblo no necesita de alguien que los defienda. Por ello necesita, le urge, alguien con quien pelear. y, desde luego, alguien con quien distraer y a quien culpar de los graves problemas que aquejan a nuestro país.
¿Se imaginan a un toro de lidia herido, dando vueltas enfurecido en mitad de la plaza sin contrincante que decida salir al ruedo? Algo así vimos ayer en la mañanera, una miura agitando su poderosa cornamenta sin nadie a quien embestir. Al presidente le urge que la
oposición le siga el juego y participe en la próxima consulta, de lo contrario, su estrategia pierde todo sentido. De lo contrario, el gag de “la mafia que le quiere arrebatar el poder”, terminará en otro bochornoso pastelazo.
¿Serán capaces los partidos de oposición de quitarle la agenda al presidente y lejos de entrar a los circos que él propone, hablar de temas tan delicados como los nuevos millones de pobres o la grave situación de violencia que vive el país? ¿Será posible que la oposición no sólo fije los temas de la agenda sino que además sea capaz de ofrecer alternativas de solución que alivien la deprimida economía que viven millones de mexicanos? Si aspiran a ser una alternativa real para el 2024, deberían irlo considerando.