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domingo, mayo 19, 2024

Punto de No Retorno

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El neoliberalismo no está muerto, Milei lo regresa resentido y radicalizado.

Por Saúl Loera

Justo ahora que en cada vez más partes del mundo parecen quedar claro los errores, excesos y limitaciones del neoliberalismo, en Argentina aparece una versión resentida y radicalizada, traída de la mano de un economista llamado Javier Gerardo Milei. Precisamente ahora que ese viejo recetario de reducir el tamaño e influencia del estado sacándolo de todas las áreas económicas posibles, recortar el gasto social, privatizar empresas estatales y servicios públicos, subir los impuestos pero bajándoselos a los grandes capitales y empresarios, liberalizar la economía, abrirla al libre mercado y llevando su regulación al mínimo, justo ahora que este modelo empieza a ser abandonado por cada vez más países, viene este argentino a decir que lo que su país necesita, no es más de lo mismo, sino mucho más de lo mismo.

Desde luego, entendemos que el modelo neoliberal sigue primando en la mayor parte del mundo, cierto, sin embargo, también es verdad que aún los países que más han pugnado por instaurar este tipo de políticas, han metido reversa y van en retroceso. No por nada Francia nacionalizó a la mayor empresa de energía eléctrica en 2022 o Estados Unidos “desacopla” su economía de la de China, reculando del libre comercio. Y si bien en la mayoría de centros de pensamiento, partidos políticos o universidades del mundo, no se han dado por enterados, posterior a la crisis económica originada en Estados Unidos en 2008, gradualmente varios gobiernos han ido tomado distancia de la “desregulación” económica, así como del mito del libre mercado.

Y no podría ser de otra manera, pues en los últimos años Estados unidos cada vez más recurre a las sanciones a empresas y productos competidores o crea leyes proteccionistas, tal como la nueva ley “IRA” (Inflation Reduction Act),  en 2022, que con el cuento de reducir la inflación e impulsar las energías limpias, destinará 370 mil millones de dólares en subsidios para apoyar a sus empresas, contra las chinas o europeas, no importa, que cuando de cuidar los intereses industriales propios se trata, no hay distinción entre aliado o enemigo; “America firts” (“Estados Unidos primero”), como decía Donald Trump.

Así, cuando parece que empieza a establecerse un nuevo consenso acerca de la necesidad de que el Estado sí intervenga en áreas estratégicas del estado, regule mejor los diferentes sectores de la economía y, ante la inclemente desigualdad que el neoliberalismo generó permitiendo la extrema concentración de la riqueza, se encargue de proveer educación y salud públicas, viene este pibe a decir que no, que la educación pública no es un derecho “porque alguien tiene que pagarla”. 

Tal parece que cuando el mundo empieza a buscar alternativas para lograr su desarrollo, “El loco” Milei decide que hay que regresar por el mismo camino andado. A tal grado llegan sus posturas ´disruptivas´, que desconociendo el incipiente movimiento de desdolarización que impulsa el sur global, él propone que Argentina desaparezca su moneda y se dolarice, ¡pero si el gobierno argentino actualmente ya realiza pagos a China en yuanes! ¿Y la pérdida de soberanía? Esas nimiedades parecen no importarle, “¡La libertad avanza, carajo!”

La mano invisible, ¿del mercado o de la geopolítica?

Milei había anunciado hace meses que de ganar la presidencia no aceptaría la invitación para integrarse a los BRICS, el grupo de economías en desarrollo formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Más aún, también declaró que de ganar rompería con Brasil y China, sin importar que se trate de los dos más importantes socios comerciales de Argentina, rompería relaciones por considerarlos países “comunistas”. Así que el triunfo de Milei es un claro revés al avance de este grupo en general y de China en particular, pues apenas en febrero de 2022, Argentina se había unido al proyecto de la Ruta de la Seda chino, a cambio de lo cual el país asiático anunció inversiones por más de 23,000 millones de dólares.

Debemos tener presente que si una agenda han adoptado este grupo de países, es la desdolarización y, en su última cumbre de agosto pasado, la reestructura de los organismos internacionales, como la ONU y la Organización Mundial de Comercio, la OMC, en las cuales desean tener mayor peso. De tal manera que este tropiezo de los BRICS le viene muy bien a EU y aliados para volver a la carga con su desvencijada receta política y económica. Lo habíamos advertido en el último artículo, la batalla por el alma de este país estaba tomando tintes dramáticos y su enorme deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), le hacía casi imposible salirse de su área de influencia. Pues ya estará muy contento el FMI, con todas las empresas que privatice, Milei podrá abonarle, ¿o será que esté dispuesto a prestarle más aunque se endeude hasta no poder pagarle? Parece que precisamente ahí es cuando el Fondo gana más. 

Pero si la batalla por el “alma” Argentina es brutal, no se diga por sus ingentes recursos naturales, así como por ser una puerta de entrada natural a la Antártida, ese inmenso casco polar al sur del planeta, repleto de materias primas. Varios países son los que disputan ser una entrada de acceso, sin embargo, Argentina es el país más cercano. No por nada el imperio británico puso un pie en las Islas Malvinas desde hace casi 200 años. 

Es difícil no caer en la triste y lúgubre labor de la especulación, pero la última vez que llegó a la presidencia un personaje venido de la televisión y sin carrera política, fue en Ucrania y ya vemos cómo terminó aquello. Y es que Javier Gerardo Milei se volvió diputado apenas en 2021, antes de ello, era profesor y comentarista económico que levantaba audiencias con sus comentarios estrambóticos, aunque a diferencia del actor Zelenski, “El León” Milei, sí tiene formación académica como economista, no sólo a nivel licenciatura, sino con maestría, que es donde conoció a Friedrich Hayek, quién lo llevó al camino del “anarcocapitalismo” (no sólo la reducción del estado, sino su desaparición), que es cómo él mismo empezó a definirse. 

También portero de segunda división y rockero en su juventud, proviene de una familia en donde sufrió violencia física y psicológica, familia a la cual parecía no querer integrarse pues hace algunos años llegó a declarar que tenía años de no verlos, que para él sus padres era como si “no existieran”. De personalidad fuerte y compleja, este economista aprovechó su responsabilidad como legislador para acrecentar su partido La libertad Avanza (LLA) y montado en sus estridencias y las redes sociales, desde luego, agitó las emociones más profundas de buena parte del pueblo argentino, hablando mal de “la casta” (la clase política), pidiendo “que se vayan todos” y, a ritmo de guitarra eléctrica, vociferaba que “ellos” (los libertarios) son mejores que los zurdos (izquierdistas), que son mejores en todo, no sólo en lo moral, sino en lo estético, “¡zurdos (izquierdistas) hijos de puta, tiemblen!”  

Por supuesto, los actores o comentaristas de televisión tienen todo el derecho de pelear por la presidencia, al igual que cualquier otro ciudadano, sin embargo, además de estos dos personajes, también el presidente Ronald Regan venía de ese mundo, y justo con el ex presidente estadounidense fue cuando Estados Unidos empezó a imponer el modelo neoliberal, ¿será casualidad o ese mecanismo para llegar al poder también es una receta? Y más allá de sus capacidades personales, ¿con tan poca experiencia en la política, estos personajes tienen el conocimiento y competencia para conocer y manejar, los grandes intereses que penden sobre sus cabezas?

Pero dejemos de buscar manos invisibles o negras, vayamos a los datos duros que Milei no nació por generación espontánea.

La mano totalmente visible.

Para decirlo en una sola frase: Argentina es el país con la mayor inflación del mundo (143%), acumula una devaluación de su moneda de 500% y tiene al 43% de su población en pobreza. El grupo en el poder ha vaciado carretadas de dinero para ayudar a los argentinos a paliar su pobreza, pero como suele suceder, esas ayudas sociales terminan siendo el cinturón de seguridad del gobierno para que lo sigan votando en las urnas. Los peronistas encabezados por Néstor Kirchner, por ello también denominados ´Kirchneristas´, gobiernan Argentina desde 2003 y después de encabezar cuatro de los cinco periodos en las últimas dos décadas, así es como tienen a Argentina.

Néstor gobernó sólo del 2003 al 2007, pero en ese único periodo logró estabilizar la economía, reajustar el estado y paliar el desánimo social con apoyos sociales, sin embargo, su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, en sus dos periodos (2007-2015) relajó el orden económico, abusó de los apoyos y azuzó la confrontación social, empresarial y política. Después del periodo del liberal Mauricio Macri (2015-2019), quien en lugar de corregir lo que Cristina había desajustado, tuvo que ser rescatado por el FMI con un préstamo de más de 50 mmdd, el más grande otorgado por el organismo hasta ese momento, regresaron los peronistas, con Cristina Fernández como Vicepresidenta y en la presidencia, Alberto Fernández, que había trabajado con Néstor Kirchner.

Sin embargo, la insistencia de Cristina de seguir dominando la escena pública y ejercer demasiada influencia sobre el presidente, llevaron a la confrontación al grupo en el poder. Alberto Fernández tuvo que lidiar con una caída de 10 puntos del PIB en la pandemia de Covid, y a pesar de renegociar correctamente la deuda de su antecesor Mauricio Macri, una de las peores sequías sufridas por Argentina, provocó que su gobierno no contara con 23 mmdd, lo que disparó la inflación y dejó las arcas vacías, actualmente su Banco Central lejos de contar con reservas, adeuda cerca de 13 mil millones de dólares.

¿Alguna novedad con la historia de este grupo gobernante de izquierda? Ninguna. También los peronistas culpan al FMI y los intereses extranjeros de sus males, y si bien los golpes externos existen, como el que sufrió Pedro Castillo en el Perú, es aún más cierto que en la izquierda, los golpes internos suelen ser los más desastrosos, ahí está el caso de Rafael Correa y su sucesor Lenin Moreno en Ecuador, o el de Evo Morales y Luis Arce en Bolivia, la influencia de la y los ex presidentes ha sido nefasto, pero en el caso argentino, a diferencia del Boliviano, sus resultados económicos, también.

Por supuesto que millones de latinoamericanos tienen afecto a líderes que buscan atemperar las crueles diferencias económicas, políticas y sociales que padecen en sus países, pero cuando esa buena intención lleva el gobierno al fracaso económico, no podemos pedirles que sigan fieles al desastre; el sustento familiar es el límite. En este sentido el caso del peronismo-Kircherismo es ejemplar, no basta con agitar banderas políticamente correctas, no basta con denunciar los abusos de instituciones financieras  internacionales, no basta con la buena intención, sin eficacia de gobierno, sin profesionalismo, sin honestidad o política de altura, la izquierda no va a repetir en las urnas.

Por el momento Milei ya ha anunciado un recorte de 18 a ocho ministerios del gobierno argentino, insiste en la desaparición del Banco Central, dolarizar la economía, ha dicho que el gobierno dejará de hacerse cargo de la salud y educación públicas, además de anunciar que privatizará los medios de comunicación oficiales y la mayor petrolera del país, es decir, parece que cumplirá lo de la moto sierra. Sin embargo, con una población empobrecida y desesperada por “la eterna crisis argentina”, estas medidas parecen el manual perfecto para el estallido social. Contengamos el aire y veamos si el neoliberalismo recargado de “El peluca”, funciona.

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