La niñez regresó a clases sin ir a los salones, sin compartir en el recreo y todo a través de la tecnología, pero madres temen que sus hijos e hijas repitan el año por las dificultades para cumplir con las tareas virtuales.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció el regreso a clases de forma virtual después de las vacaciones de semana santa y la suspensión de las clases presenciales por la declaratoria de emergencia nacional por el COVID-19, pero no todos en la comunidad estudiantil están en las mismas condiciones para estudiar a la distancia.
Las mamás indígenas en Guadalajara temen que las tareas solicitadas por la educación a distancia termine por afectar el proceso educativo de sus hijas e hijos, como lo comparte Juana Facundo Rodríguez, de la cultura otomí de la comunidad de Santiago Mexquititlán en Querétaro.
“Otro rumor que se está corriendo en este caso es que hay posibilidades de que repitan el año, no es culpa de nosotras, el material que se está pidiendo, las investigaciones, el internet, no tenemos ese acceso, si hubiera un ciber abierto con gusto vamos y lo imprimimos. Es muy preocupante en ese aspecto, porque tengo una niña que le han pedido investigaciones, experimentos, pero que ahorita no tengo para darle eso”.
Lo que pasa Juana es algo similar a lo que le ocurre a Marisa Velázquez Ramírez, de la cultura mazahua, del colectivo de Pueblos y Comunidades Indígenas de la zona Metropolitana de Guadalajara.
Esto también está impactando a los jóvenes indígenas que estudiaban en Guadalajara y que están lejos de su comunidad. Sobre esto cuenta Estela Mayo Mendoza, originaria de Chiapas, de la Cultura Chol, perteneciente al Colectivo de Jóvenes Indígenas Urbanos de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
“Por supuesto que también está afectando muchísimo a las y los jóvenes que están en preparatorias y universidades, tenemos muchos que están en la Sierra Norte de Jalisco que todo el trabajo lo tienen que hacer en línea, en el sistema, muchas de las compañeras no tienen el servicio de internet. Muchos trabajan como artesanos y se han visto suspendidos lo ingresos, entonces se ha complicado el proceso educativo”.
El colectivo de “Jóvenes Indígenas Urbanos de la Zona Metropolitana” también advirtió de este riesgo de rezago por el COVID-19 que se le suma el proceso de adaptación previo al sumarse a la educación en los espacios urbanos.
En México, los pueblos indígenas son una de las comunidades más discriminadas, excluidas y en situación de pobreza como lo ha confirmado el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y los resultados del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Por eso, las comunidades indígenas insisten en ver cómo las desigualdades hacen que la cuarentena no sea lo mismo para todas las personas y que eso traerá consecuencias.
La cuarentena se extendió hasta el 30 de mayo, las madres esperan que la SEP evalúe las diferentes barreras y dificultades para cumplir con las tareas, mientras tanto ellas buscan cómo resolver el día a día, sin un trabajo fijo y sin poder salir de casa, pero intentando ayudar a sus hijas e hijos.
Cimac Noticias