loader image
sábado, noviembre 23, 2024

Pacto de Estado o descomposición y catástrofe nacional

-

Header

Por Jesús Zambrano Grijalva

No es mi estilo ser alarmista o catastrofista. Mucho menos debemos serlo en tiempos de emergencia, de contingencia, como los que vivimos. Pero sí debemos ser realistas y exigir realismo a las autoridades para que tomen las mejores decisiones con el máximo de responsabilidad posible.

Después de que durante largas y valiosas semanas el Presidente de la República estuvo reiteradamente negando la gravedad de la crisis de salud que se avecinaba debido a la pandemia provocada por el Coronavirus, ya la declaratoria de emergencia hoy es un hecho, aunque el propio López Obrador envíe a diario mensajes en sentido contrario por sus giras insensatas por el país. Cuando menos es positivo que el Consejo de Salubridad General haya tomado esa decisión.

Sin embargo, esta situación o ha traído como fatales consecuencias otras dos contingencias: la económica y la social. Ya miles de empresas han cerrado total o parcialmente, al menos temporalmente, especialmente las micro y pequeñas unidades productivas. El país está semiparalizado, al igual que una gran parte de las naciones del mundo, lo que ha echado a la calle, al desempleo, quizá ya a millones de trabajadores, sin dejar de tomar en cuenta a los millones de personas que viven de la economía informal.

Nos estamos deslizando hacia una crisis humanitaria que puede derivar en tensiones sociales y nuevos problemas de convivencia, así como al acrecentamiento de actos delictivos.

El mundo está en riesgo de entrar a una gran depresión económica, no una simple recesión. No solo por el Coronavirus, sino también por la abrupta caída de los precios internacionales del petróleo, todo lo cual afecta triplemente a México por cuanto la mezcla mexicana fluctúa ahora en los 10 dólares por barril -después de haber sido presupuestada en 49 dólares- y el valor del peso se ha desplomado súbitamente frente a la moneda estadounidense.

Debido a esta situación distintas voces del ámbito empresarial, social, político y académico han planteado públicamente al gobierno federal que encabece medidas de emergencia económica, reorientando el gasto, mediante la supresión de obras y programas no prioritarios con el propósito de destinarlo a la salud y a la protección del empleo, de los ingresos de los trabajadores y de jefes y jefas de familia que más lo requieran, así como para salvar de la quiebra a millones de micros, pequeñas y medianas empresas. Las cúpulas empresariales han dicho que no solicitan apoyos para sus grandes unidades económicas, sino para proteger empleos y salarios, y que están dispuestos a aportar la proporción que les corresponda, concientes de que el capital humano es indispensable para la producción de la riqueza nacional.

Prestigiados académicos de la UNAM y reconocidos políticos de distintas filiaciones han planteado la urgencia de “un verdadero Pacto de Estado” en el que participen el gobierno, empresarios, organizaciones sociales, los gobernadores y las fuerzas políticas. Un verdadero acto de unidad nacional para juntos enfrentar la crisis. Es una propuesta que compartimos porque por encima de nuestras diferencias está el país.

Lamentablemente el presidente López Obrador ha preferido responder con ataques y descalificaciones hacia la iniciativa privada: “ni crean que les daremos apoyos como en el periodo neoliberal”. Incluso hasta refiriéndose a ellos como “delincuentes de cuello blanco a quienes se ve obligado a saludar” (sin mencionar nombres), como una inconcebible manera de justificar la insensatez de su visible acercamiento al clan del Chapo Guzmán en los territorios sinaloenses controlados por el narco ( el saludo personal de AMLO a la mamá de este delincuente es un absurdo en la actuación de un Presidente ).

Por todo esto no exagero al afirmar en esta colaboración: o logramos un gran acuerdo, un gran compromiso de unidad nacional o nos iremos al precipicio, la descomposición y la catástrofe. Muy preocupante que AMLO no lo entienda .

Artículo publicado el miércoles 1 de abril en el Diario del Yaqui

- Publicidad -