Por Jesús Zambrano Grijalva
Presidente Nacional del PRD
El viraje electoral de 2018 tuvo bases objetivas: corrupción, inseguridad, pobreza y desigualdad. El descrédito de los gobiernos anteriores identificados como “neoliberales” y el hartazgo de la gente, fueron un campo fértil para que prendiera el discurso populista de López Obrador y ganara la elección presidencial con la promesa de un cambio profundo.
Hoy, a cuatro años de esa promesa y en el marco de su IV Informe presidencial, López Obrador despliega una campaña publicitaria para informar sobre sus “logros” en la que retoma una de sus frases electorales: “No somos iguales”.
“No somos iguales. Durante los gobiernos neoliberales no siguieron el ejemplo de Juárez: honestidad y austeridad. Nosotros hemos ahorrado por no permitir la corrupción y los lujos en el gobierno; No somos iguales. Durante los gobiernos neoliberales no se atendió en realidad el problema de la violencia en nuestro país. Ahora es distinto” y así se la pasa afirmando en la docena de spots con los que inundó los medios de comunicación esta semana.
Sin embargo, el problema que siempre enfrentará el discurso populista es el de la realidad:
- A este gobierno le sobran los ejemplos de corrupción, solo por citar el escándalo más reciente: Segalmex, cuando era encabezada por el entrañable amigo del presidente, Ignacio Ovalle, sufrió un desfalco por más de 9 mil 500 millones de pesos. Este monto es 4 veces mayor al de la llamada Estafa Maestra. Lo más lamentable es que en este gobierno la corrupción no se castiga, se premia. Actualmente Ignacio Ovalle despacha y cobra en la Secretaría de Gobernación. De Pio, Martín y la “Casa Gris”, mejor ni hablamos.
- Este sexenio se perfila para ser el más violento de nuestra historia. En menos de cuatro años, este gobierno ya superó la cantidad de homicidios dolosos que se cometieron durante todo el sexenio de Felipe Calderón. “Abrazos, no balazos” ha sido una estrategia fallida que este gobierno se niega a reconocer.
- La promesa más importante de este gobierno de “primero los pobres” ha sido también la más quebrantada. Según el Coneval, durante lo que va de este gobierno, la población en situación de pobreza se ha incrementado en 4 millones de personas. Y esto es la evidencia más contundente para señalar que las políticas públicas de este gobierno no han servido para combatir la pobreza y la desigualdad, sin embargo, sí han sido exitosas para crear clientelas electorales al más viejo estilo de los gobiernos anteriores.
- Otra promesa incumplida es la de un sistema de salud pública, ya no digamos como la de Dinamarca, que fue la promesa de campaña, sino de acceso a los servicios de salud. Este gobierno desapareció el Seguro Popular y creó el INSABI que se ha materializado en la “institución insignia del fracaso de la cuarta transformación” al dejar a más de 35 millones de mexicanos sin acceso a servicios de salud y provocar una crisis de desabasto de medicamentos que, muy lastimosamente, ha cobrado la vida de más de 3 mil niñas y niños con cáncer en el país.
- La austeridad que tanto pregona el presidente desde su palacio es una más de sus falsedades. La “austeridad republicana”, ahora “pobreza franciscana”, podrá estar en el discurso populista de López Obrador, pero no en los números. En los casi 4 años que van de este gobierno el gasto neto público no se ha reducido, se ha incrementado. Mientras que en 2018 el gasto neto público fue de 5.3 billones de pesos, en 2022 se han presupuestado 7.05 billones.
- Lo que sí ha hecho este gobierno es cancelar fideicomisos, dejando en el desamparo a millones de mexicanos, para desviar esos recursos a sus obras faraónicas, las cuales han incumplido con la promesa, de que, a diferencia de los gobiernos anteriores, el costo proyectado sería igual al erogado: el Tren Maya, llamado Tren Mata por etnocida y ecocida, lleva un sobrecosto de 150%; Dos Bocas, la refinería inaugurada este año y que no ha producido ni un solo litro de gasolina, ha incrementado su presupuesto inicial a más del doble, terminará costándonos más de 18 mil millones de dólares; y el AIFA, el aeropuerto “patito” del que ninguna aerolínea quiere volar, costó 55% más de los presupuestado.
- En mayo pasado el gobierno presentó un plan antiinflacionario que resultó ser un fracaso, en agosto la inflación llegó al nivel más alto en los últimos 25 años. Desde el PRD estamos exigiendo que se implemente un subsidio a las tortillas para que el precio del kilogramo se fije en 10 pesos y así apoyar a los más necesitados, pero este gobierno prefiere seguir destinando los recursos a sus obras faraónicas.
A casi 4 años de gobierno, López Obrador sigue en campaña electoral, ofreciendo promesas y culpando a los gobiernos del pasado. Tiene razón el Presidente cuando dice que no son iguales. No son iguales, han resultado ser peores.
Artículo publicado el 1 de septiembre de 2022 en El Diario del Yaqui