La neuropatía diabética dolorosa afecta a casi la mitad de las personas que viven con diabetes mellitus. En la actualidad, entre seis a 18 meses es el tiempo que lleva la valoración debido al desconocimiento de síntomas.
De acuerdo con datos expuestos por especialistas de la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor (AMETD) y Laboratorios Silanes, 385 mil 092 mexicanos diagnosticados durante este 2022 con diabetes mellitus tipo 1 y 2 son afectadas por la neuropatía diabética dolorosa. Al igual, más de 190 mil personas padecen de tal dolencia, los especialistas indicaron, que, “un diagnóstico certero es la clave que podría mejorar su calidad de vida”.
Una lesión o enfermedad del sistema nervioso somatosensorial deriva el dolor neuropático. Este sistema se encarga de recolectar y procesar información sensorial del cuerpo como puede ser el tacto, dolor y temperatura. Mientras que el origen del dolor puede ser periférico o central.
Esta neuropatía diabética dolorosa corresponde a las lesiones de origen periférico. Lo anterior, debido a que el dolor se produce por lesiones de nervio periférico, plexos nerviosos o en las raíces medulares dorsales.
Optimizar el diagnóstico de la enfermedad desde los médicos de primer nivel es de importancia, mencionó la doctora María del Rocío Guillén, subespecialista en medicina del Dolor y Cuidados Paliativos y presidente de la AMETD. Para comenzar este diagnóstico, se debe identificar si el paciente tiene la afección crónica y realizar un historial clínico completo con exploración física adecuada. Además de solicitar estudios de laboratorio, hacer énfasis en interrogatorio de síntomas que refiera el paciente y utilizar herramientas clínicas.
Pues, es crucial evitar los retrasos en el diagnóstico, mencionan los especialistas. Estos síntomas se clasifican entre positivos y negativos, los positivos se expresan de manera extrema al incrementar la sensibilidad y corresponden a la etapa temprana del síndrome.
Algunas de las características de estos síntomas positivos son: sensación de hormigueo, es decir semejante al pinchazo con una aguja; picazón y relámpago. Así como percepción de herida por cuchillo o presión en las extremidades producto de ligas; y choques eléctricos.
Los síntomas positivos se presentan de manera extrema, ya que, se incrementa la sensibilidad, con hiperestesia: aumento anormal y doloroso de la sensibilidad táctil, hiperalgesia: aumento de la sensibilidad al dolor y reacción extrema al mismo. También se presenta alodinia: dolor debido a estímulos que normalmente no son dolorosos. Tal sensación es el grado más aberrante de la alteración de cómo responden los nervios. Para finalizar, los especialistas mencionan la hiperexcitabilidad: combinación de alodinia con hiperalgesia.
Entre los síntomas negativos, la sensibilidad disminuye por lo tanto los pacientes pierden la función de los nervios. Por lo anterior, el paciente tendrá entumecimiento y percepción de llevar calcetines o guantes todo el tiempo. Se presenta la hipoestesia: los estímulos se perciben de una forma anormalmente atenuada. Así como también la hipoalgesia: disminución de la sensibilidad al dolor.
Mauricio García, doctor y gerente médico del área Neuroanalgesia en Laboratorios Silanes indicó que un adecuado manejo del tratamiento puede proporcionar a los pacientes bienestar y una mejor calidad de vida. Además, mencionó la innovación mexicana de combinaciones a dosis fijas con neuromoduladores y analgésicos opioides(pregabalina-tramadol). Estas combinaciones funcionan como adyuvante para el dolor crónico neuropático de moderado a severo.
Ambos especialistas coinciden en que una vez diagnosticado el padecimiento, el médico deberá elaborar un esquema farmacológico para controlar la diabetes mellitus y la sintomatología del dolor. Ya que, si bien existen tratamientos contra la neuropatía diabética dolorosa, cada médico debe individualizar la terapia según las características del paciente.
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