Por Jesús Zambrano Grijalva
Presidente Nacional del PRD
Durante el proceso electoral celebrado el fin de semana pasado para seleccionar a las y los integrantes de su Congreso Nacional, Morena exhibió prácticas contrarias a lo que se esperaría de un partido político democrático que supuestamente busca terminar con los métodos violentos, ilegales y autoritarios del pasado.
Vimos de todo lo negativo: acarreos, compra y coacción del voto, quema y embarazo de urnas, conatos de bronca y hasta batazos. También escuchamos a destacados morenistas y muchos militantes de a pie inconformándose con lo sucedido, al grado de calificar las elecciones como las “olimpiadas del fraude”.
A pesar de lo que vimos y escuchamos, el presidente López Obrador, como lo ha hecho siempre, dijo tener “otros datos” y calificó la jornada electoral como una contienda democrática.
Y tiene razón esa lógica del presidente: Los videos y fotos del fin de semana representan esa “democracia” con tendencia tiránica que violentamente desea imponer y perpetuar.
Lo que vimos y escuchamos durante el proceso interno de Morena es una prueba más de que –como bien dicen ellos- no son iguales a los anteriores, sino que son peores y actúan sin límites.
Es Morena siendo Morena: por un lado, dando lecciones de democracia en su parlamento abierto, patito, para la reforma electoral con la que buscan desmantelar al INE; y por el otro, exhibiendo las prácticas más violentas, ilegales y autoritarias del pasado.
A pesar de haber sido un proceso electoral interno, nos compete a toda la ciudadanía denunciar las elecciones del fin de semana ante el INE por al menos cuatro razones:
- El uso de recursos públicos para fines partidistas, como el uso de vehículos oficiales durante la jornada electoral, por parte de funcionarios federales y de gobiernos estales y municipales dirigidos por Morena para favorecerse a ellos mismos o a sus candidatos.
- El uso de programas sociales para coaccionar el voto: En la jornada electoral del fin de semana quedó documentada la participación de los Servidores (“vividores”) de la Nación acarreando y chantajeando a los beneficiarios de los programas sociales.
- La coacción del voto a funcionarios públicos: También quedaron documentados los chantajes a las y los trabajadores del gobierno para que fueran a votar a cambio de mantener sus empleos.
- La compra de votos: Descaradamente fluyó el dinero en la elección interna de Morena. En redes sociales hay variedad de fotos y videos de supuestos “operadores electorales” dando dinero a cambio del voto. La pregunta es ¿De dónde salieron esas “aportaciones”? Quizá sean del tipo de las que consigue Pío López Obrador “para el movimiento” y por lo tanto “son legítimas”.
Pero todas estas prácticas están prohibidas y penadas por las leyes. Lo que vimos y escuchamos durante el proceso interno de Morena también es una muestra de lo que pueden llegar a hacer, si no se les pone un alto, en las elecciones presidenciales de 2024. Todo ello los desacredita política y moralmente para seguir defendiendo su propuesta de reforma electoral que, dicen, terminará con los fraudes. Por eso mismo, no les daremos los votos para esa triquiñuela. Y por eso, también, desde el PRD no quitaremos el dedo del renglón y seguiremos denunciando todas estas prácticas ilegales y autoritarias de Morena.
Artículo publicado el 4 de agosto de 2022 en El Diario del Yaqui