Considerada como una de las principales rutas de suministro de medicamentos, las características de la piel permiten que los medicamentos vayan directo al lugar correcto. Desafortunadamente, la dureza de la capa externa de la piel dificulta el ingreso de algunos de los medicamentos, hacia el lugar de acción del mismo.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT por sus siglas en ingles), han desarrollado un parche portátil el cual funciona con ondas ultrasónicas. Estas ayudan a generar pequeños canales con los cuales los medicamentos logran ingresar al cuerpo, pudiendo así auxiliar y facilitar el tratamiento del paciente en cuestión.
Tratamientos hormonales, infecciones cutáneas, relajantes musculares son algunas de las facilidades otorgadas por este tipo de sistema de suministro de medicamentos. Pacientes con enfermedades en la piel e incluso con envejecimiento prematuro de esta, están muy cómodos con el parche, comentó Canan Dagdeviren, investigador en jefe del desarrollo.
Dagdeviren asegura, el parche ofrece un menor nivel de toxicidad sistémica, esto también garantiza mayor comodidad y un control estricto sobre los medicamentos suministrados. De igual forma, este sistema de suministro resulta más efectivo para algunos tratamientos debido a la especificidad otorgada por los parches de suministro.
“El principal beneficio del sistema de parches es la omisión del tracto gastrointestinal, ya que en la administración oral, se debe ingerir mayor dosis para compensar la perdida. Dicha perdida se debe al paso del medicamento en el sistema gastrointestinal, sin embargo para algunas presentaciones el parche facilita y localiza el tratamiento”, agregó la investigadora Aastha Shah.
No obstante, el uso de las ondas ultrasónicas en el parche ayuda a mejorar la permeabilidad de la piel, facilitando el ingreso de moléculas pequeñas de cualquier medicamento. El parche cuenta con transductores piezoeléctricos que convierten la energía eléctrica en mecánica, y en cada transductor se localiza una cavidad con el fármaco a ingresar.
Al momento de aplicar una corriente eléctrica sobre el parche, se generan ondas de presión sobre el fluido dentro de los transductores creando así, burbujas que chocan en la piel. Una vez que chocan, se produce un microchorro el cual logra penetrar la capa externa de la piel logrando llegar así, al punto de acción en el cuerpo del paciente.
En la actualidad, la versión inicial del parche ha logrado resultados óptimos en el suministro de medicamentos como la niacinamida o la vitamina C penetrando unos pocos milímetros. Los investigadores buscan mejorar la capacidad de penetración de este tratamiento para llegar a suministrar incluso en el torrente sanguíneo, facilitando así su administración.
Igualmente, Dagdeviren comentó que una de las aplicaciones de esta tecnología, es lograr suministrar medicamentos de moléculas grandes como algunos analgésicos. De igual forma, se está trabajando en el desarrollo de una versión implantable en el cuerpo para mejorar el tratamiento de enfermedades como el cáncer donde los analgésicos requieren ingesta continua.
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