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lunes, noviembre 25, 2024
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Medicina gratuita contra la pobreza que azota a Ciudad de México

En plena colonia Roma, los martes se ofrece un servicio imprescindible para los pobres y sintecho de la capital.

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En plena colonia Roma, uno de los barrios acomodados del centro Ciudad de México, los martes se ofrece un servicio imprescindible para los pobres y sintecho de la capital: un consultorio médico en que doctores voluntarios pasan consulta sin costo.

“La verdad, estoy en situación de calle. Me quedé desempleado desde febrero de este año por la pandemia y debido a eso me quedé sin hogar”, explica a Efe Jesús Gómez, que gracias a este consultorio se operará la próxima semana de dos dientes en mal estado.

Gómez, de 45 años, servía en un restaurante italiano antes de la llegada a México de la COVID-19 el pasado febrero, pero su vida se truncó con su despido hasta el punto de perder su casa y tener que acudir a ayudas como esta que ofrece la comunidad católica Sant’Egidio.

La comunidad se ha multiplicado en esta pandemia, ya que ha doblado a dos días semanales su servicio de cenas gratuitas para pobres, está ayudando a niños que no saben leer y escribir con sus clases a distancia y una vez por semana atiende en una carpa casi improvisada la salud de unas 80 a 100 personas.

El responsable de coordinar estas atenciones es César Cárdenas, pasa apuros para colocar en sillas de plástico debidamente distanciadas a los pacientes de esta consulta al aire libre.

CARENCIAS BÁSICAS
“Es una atención básica para intentar que la salud no deteriore a la gente. Hay muchas necesidades muy básicas que tiene la gente. Falta de medicamento, gente que no pudo seguir con su tratamiento médico. Damos seguimiento y damos el medicamento cuando lo tenemos”, explica Cárdenas en un pequeño descanso.

México, según datos oficiales, tiene más de 52 millones de pobres, lo que representa un 41,9 % de la población, y más de la mitad de sus habitantes no disponen de seguridad social.

Como resultado de esta pandemia, que ya ha dejado 738.163 casos de COVID-19 y 77.163 defunciones por la enfermedad, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estimó que hasta 10 millones más de mexicanos podrían verse en la pobreza.

La consulta consta de una carpa hecha con lonas en un predio cerrado junto a la Glorieta de los Insurgentes, con capacidad para aproximadamente una treintena de sillas acomodadas entre un suelo de palés.

Pese a estas limitaciones de infraestructura, el personal responde: hay un recepcionista que organiza las citas en tarjetones individuales y visitan cada turno tres doctores y una dentista, todos ellos equipados con el debido instrumental y con varias cajas de medicamentos a su disposición.

MEDICINA CONTRA LA INDIFERENCIA
Las dolencias más comunes, detalla la doctora al cargo del servicio, Mariana Monroy, son las insuficiencias venosas, las enfermedades cardíacas y la diabetes, pero hay otra aun peor.

“No todo es coronavirus, pero una de las enfermedades más graves que hemos visto es la indiferencia y esa sí mata”, destaca esta médico que los martes cambia la comodidad de su consulta privada por una mesa portátil a la intemperie.

Si hace ese esfuerzo es para ayudar a pacientes como Enrique, un septuagenario que pasa por “una mala situación momentánea” y se beneficia “muchísimo” de este servicio.

“Simplemente tengo tensión arterial y un problema de próstata con vejiga que me produce unos contratiempos muy significativos”, cuenta Enrique, “tranquilo” porque gracias a esta consulta paliará su dolencia prostática en uno o dos meses.

SIN FECHA DE CIERRE
El servicio médico a cargo de la comunidad Sant’Egidio empezó hace cuatro meses en las calles, durante el reparto de cenas de los lunes y los miércoles, pero pronto pasó a ser fijo y hasta el momento ha dado ya unas 1.200 consultas, según César Cárdenas.

“Empezamos aproximadamente en mayo y solo estaba yo. Ya afortunadamente se han sumado más voluntarios, pero así como se han sumado voluntarios ha aumentado la circulación de la gente”, ratifica la doctora Monroy.

Al principio de instalar el servicio, asevera la encargada del equipo médico, daban unas 40 consultas muy básicas cada martes, pero ahora la lista incluye alrededor de 100 pacientes y tienen llenas de citas “las próximas dos o tres semanas”.

¿Hasta cuándo se instalará este consultorio de campaña los martes, junto a la icónica Glorieta de los Insurgentes? Cárdenas no tiene una respuesta concreta.

“El único límite es la caridad y la caridad decimos que no tiene ningún límite”, reflexiona el voluntario.

EFE

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