A partir de la pandemia por Covid-19, expertos en medicina, así como la comunidad científica en general y otros profesionales pronostican un cambio radical en la medicina, sus prácticas y espacios. Ya demostrado la falta de inversión en digitalización y como el 65% de las atenciones médicas pueden resolverse sin la presencia física del paciente, se avecinan nuevos métodos. Desde telemedicina y nuevos dispositivos médicos hasta propuestas de “hospitales sin paredes”, el personal de salud se prepara para nuevos retos y oportunidades.
La pandemia de coronavirus y las medidas tomadas para contrarrestarla, como aislamiento y cuarentena, atravesó casi todos los sectores del actuar humano como se le conoció hasta 2020. Además de las pérdidas económicas, el sector salud dio prioridad al virus SARS-CoV-2, dejando de lado pacientes de enfermedades crónicas, terapias de salud mental, consultas de medicina general, entre otras.
Este cambio radical en el paradigma trajo consigo nuevas formas de acercamiento, de consultas o examinaciones; la telemedicina sobresalió como el mejor método, pero no para todas las prácticas. La necesidad de métodos más eficientes y confiables de envío de datos en tiempo real surgió para los hospitales y gobiernos preocupados por la ocupación hospitalaria.
Fue por estas nuevas necesidades surgidas en el tiempo de crisis que se volvió menester el cambio radical, y ya no puede volverse atrás. Ahora, con este nuevo conocimiento, expertos no sólo en medicina e investigación, también ingenieros y arquitectos, trabajan para incluir y enriquecer estos métodos.
George Mann, arquitecto y pionero del diseño de hospitales, compara esta transformación con la de los aeropuertos comerciales en sus inicios, parecidos a estaciones de tren. “No creo que comprendamos totalmente que estamos en medio de un cambio de paradigma”, declaró el arquitecto.
Una de las propuestas hecha por el Colegio Real de Médicos en Inglaterra, abrazando las nuevas tecnologías, fueron los “hospitales sin paredes”. Esta idea busca dejar atrás a los hospitales como espacios únicos de salud y llevar personal de salud expertos a las comunidades, con la ventaja de un fuerte ecosistema digital.
Aún más urgente para estos profesionales es la digitalización de los procedimientos e información de los pacientes, capaces de llevar un historial clínico completo hasta conectado a wearables para mejor seguimiento. Según un reporte de CB Insight, al menos 8 mil 400 millones de dólares fueron pagados a empresas privadas de salud digital durante el tercer trimestre de 2020 en Estados Unidos.
Si bien existen problemáticas a franquear como los hackeos a la información sensible o la falta de inversión para la tecnología en el sector salud, el cambio radical ya está sucediendo. Al menos la Covid-19 mostró un nuevo camino hacia donde deben dirigirse los esfuerzos y la innovación tecnológica en la salud.
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