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sábado, octubre 5, 2024

Los medios y el morbo que discrimina

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A Lourdes Diaque Lasses +

Por Antonio Medina Trejo 

Los medios de comunicación tienen que respetar a las víctimas de la violencia y discriminación, por lo que deben permear sus espacios de términos ofensivos, estigmatizantes o que inciten al odio en contra de las personas por sus características o hacia los diversos sectores de la sociedad. 

Esta afirmación es una obligación plasmada en la Ley Federal para Prevenir y Erradicar la Discriminación y en otros ordenamientos legales, pues la herencia machista, misógina, sexista, homofóbica, clasista, racista y xenofóbica, entre otras formas de discriminación, han lacerado a nuestra sociedad desde los medios de comunicación. 

Esa herencia discriminadora fue común en el periodismo del siglo pasado, que a finales de los años 90 comenzó a tomar conciencia de su función social gracias al activismo que le exigió a los medios de comunicación respeto hacia los sectores vulnerables y les pidió coberturas libres de discriminación. 

No obstante las protestas, el uso de imágenes en portadas que buscan incrementar la venta de periódicos o elevar el rating de las televisoras, continúan en un algunos medios que no han entendido estas exigencias, por lo que siguen exhibiendo cuerpos inertes con titulares discriminatorios y ofensivos, que lejos de informar, re victimizan a las personas. 

Ese periodismo sensacionalista debe desaparecer. Debe renacer el periodismo social, comprometido con las audiencias y no con el lucro de las desgracias de personas que son víctimas de las diferentes formas de discriminación y violencia. Ese uso morboso de la información demerita el noble oficio del periodismo y viola el derecho de las víctimas y sus familiares a la privacidad. 

Este tema nos obliga a volver a reflexionar sobre el compromiso social de los medios con el caso del feminicidio de Ingrid Escamilla, asesinada por su pareja sentimental el 29 de enero de este año, y  en el cual, señala la AMEDI, “se violaron protocolos que prohíben fotografiar, video grabar, filtrar o reproducir imágenes del cuerpo de una víctima para fines que no son los legales”, y que algunos medios de circulación nacional exhibieron en primera plana las imágenes de la joven asesinada en su domicilio. Las fotos fueron filtradas por autoridades judiciales del Gobierno de Claudia Sheinbaum. 

Deja vu

A inicios de este milenio, el activismo de la diversidad sexual nos manifestamos contundentemente en contra de los medios de comunicación que nos estigmatizaban con términos ofensivos y con imágenes, que más allá de informar sobre la violencia cometida en contra de nosotros, buscaban el morbo y burlarse de la condición homosexual.  

Gracias a la lucha de muchos activistas y del apoyo incondicional de Don Gilberto Rincón Gallardo, primer presidente del Conapred, se logró que en 2003 el periódico La Prensa cambiara su postura editorial sobre los sucesos relacionados con la diversidad sexual. 

Los directivos de aquel entonces entendieron las razones que dieron los activistas Sergio Alán Villarreal y Mario Arana para que el medio usara términos no discriminatorios y que las imágenes no fueran estigmatizantes. 

El logro de ese acuerdo permitió al colectivo de la diversidad sexual tener una columna semanal para que activistas LGBT pudiéramos expresarnos libremente y reflexionar sobre los temas que aquejaban en aquellos años a gays, lesbianas, bisexuales y trans. 

La Prensa entendió nuestras exigencias y nosotros entendimos lo que algunos reporteros y fotógrafos dijeron a quien esto escribe, pues la planta laboral de ese medio se formó en el México de los años 60 y 70, cuando no habían leyes antidiscriminatorias y en pleno apogeo del periodismo amarillista y de nota roja que competía por mayores tirajes. Su código ontológico de entonces no tenía los ajustes que exigía la nueva época. 

Esa experiencia nos permitió comenzar un proceso de sensibilización en otros medios de comunicación, por lo que nos dimos a la tarea de incidir en varios medios para hacerles entender la importancia de publicar coberturas periodísticas libre de prejuicios sin términos peyorativos, estigmatizantes o que incitaran al odio en contra de personas que viven con VIH/sida, de la diversidad sexual y de las mujeres. 

Ante el gran alud de quejas e intervenciones en medios de todo el país, ese órgano del Estado mexicano nos nombró a algunos comunicadores como Embajadores contra la discriminación en los medios. El cargo honorario nos permitió tener pláticas y talleres con reporteras y reporteros, camarógrafos, además de equipo de redacción de muchos medios para crear conciencia de su gran responsabilidad al comunicar los temas susceptibles de discriminación social. 

Sin duda, el activismo feminista, de la diversidad sexual y de lucha contra el VIH/sida, han detonado conciencia social y entendimiento de las condiciones de discriminación y violencia en contra de esas poblaciones. Los medios han sido aliados de estos y otros sectores contestatarios. Se han generado manuales en organizaciones civiles feministas y de la diversidad sexual, o en el mismo Conapred, para este fin. Por ello, ante coberturas que estigmatizan, discriminan o incitan al odio, es preciso el acercamiento con los medios para entablar una comunicación directa que permita diluir dudas y eliminar prejuicios en las coberturas periodísticas.

Psicóloga y comunicóloga que fue víctima de la violencia sexual en el año 2000. Una feminista solidaria con las mujeres y con la diversidad sexual en sus espacios del IMER y en el medio impreso donde colaboraba.  Tomó un taxi y apareció con muestras de violencia sexual y tortura dos días después. Nunca supimos si se hizo justicia. Dejó un gran hueco en la lucha feminista, de la diversidad sexual y por los derechos humanos.   

@antoniomedina41 

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