Por Zael Chavez Plaza
La salud mental no es un tema nada novedoso, sin embargo, es un tema que en los últimos años ha sido de importante relevancia, esto debido ciertamente a los efectos que produjo en parte la pandemia por COVID–19 , pero digo en parte porque este problema ha estado presente todo el tiempo, inevitablemente surgirían aseveraciones en los problemas, creaciones de nuevos problemas que incluso se relacionaron con los decesos de seres queridos a causa del virus, duelos, complicaciones económicas, relaciones sociales, entre muchos otros problemas, que a su vez generaron el aumento en problemas de salud mental.
Es importante resaltar que muchos de los trastornos de salud mental inician antes de los 18 años de edad, por lo que es recomendable que los padres estén atentos a conductas de sus hijos, actos inusuales, comportamientos alertantes, o cambios radicales que puedan ser indicadores de que algo no está funcionando de manera correcta, por ende se necesita atención y que a su vez esta sea cautelosa, ya que las primeras fases de los trastornos suelen notarse muy poco, por tanto podrían confundirse con las conductas normales de los adolescentes.
En otras ocasiones suelen los cambios no ser tan complicados de notarse, es decir, cuando hay un cambio radical en las actividades que hacía normalmente o en las cosas que le gustaban, este cambio además de generalmente ser por cosas opuestas, también suelen traer cosas negativas consigo.
Sin duda problemas como este han sido vistos en segundo plano, posicionando la salud mental por muy debajo de la salud física, lo cual la pandemia hizo visible que no es así, la salud mental tiene una relevancia de la misma importancia de la salud física y en ocasiones puede tener una mayor importancia.
Pero… ¿Cuáles son los problemas que pueden tener los jóvenes?, esta, suele ser la pregunta más común entre los adultos, y aunque ellos piensan que no hay tales problemas, los problemas son muy visibles, el bullying, el abandono total o parcial desde niños, el cumplir las expectativas de nuestros padres por no decepcionarlos, el desagradar a compañeros, o el ser excluido por cosas tan simples que si bien es cierto, un niño crece a base de lo que un adulto le enseña y a su vez lo replica con los demás niños, todo esto genera situaciones en donde poco a poco van dañando y destruyendo la estabilidad mental de una persona, afectando su seguridad sobre si mismo, dañando su autoestima, incluso creyendo que la sociedad está en contra de aquél niño o niña que creció creyendo eso. Todo esto es lo que un joven puede traer consigo, y la falta de apoyo puede terminar en tragedias, en notas periodísticas, en noticias donde niños, niñas y jóvenes se quitan la vida a causa de estos problemas, que pudieran parecer simples o absurdos, pero NO, NO LO SON, y esto debe ser atendido con urgencia, con seriedad y con importancia.
La pandemia sin duda tuvo un gran papel a la hora de hablar de salud mental y esto por dos cosas importantes, la primera, es que agudizó de cierta manera el problema, pero el segundo es porque hizo más notorio el tema y por ende atender y entender la gravedad de esto, ya que la ansiedad, el estrés, la depresión, entre otros problemas y trastornos no son fáciles tratarlos, mucho menos cuando no tienes apoyo, salir del “hoyo” no es fácil.
Estabilizar la salud mental de todas las personas, sobre todo de las y los jóvenes no es nada fácil, pero el primer paso está dado, el problema es visible y lo primero será que se haga visible y conciencia de esto, que no es malo acudir al psicólogo o al psiquiatra, que entendamos que mientras nos burlamos y minimizamos los problemas, personas mueren a causa de los mismos.
Zael Chavez Plaza
Estudiante de Derecho UNAM.
Promotor de salud mental Repensar la Democracia
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