Durante los días pasados recrudecieron las hostilidades entre Israel y Palestina, provocando una escala de violencia que, al 11 de mayo de 2021, ya causó al menos 30 muertos, según reportes internacionales. Ante los ataques de Israel a territorios palestinos, la Organización de las Naciones Unidas llamó a ambas partes a restablecer la calma. Tras una serie de ataques aéreos y días de enfrentamientos entre manifestantes y la policía Israelí, estas son algunas claves para entender el conflicto.
Prácticamente desde el inicio de la celebración religiosa musulmana del Ramadán, el 12 de abril, la situación en los territorios de Palestina que Israel ocupa ilegalmente ha sido tensa. Concretamente, la amenaza de Israel de desalojar a familias palestinas del barrio de Sheij Jarrah, para instalar allí a colonos israelíes, provocó diversas protestas. Éstas culminaron en un enfrentamiento con la policía en la llamada Explanada de las mezquitas, el tercer lugar más sagrado para el islam.
Tras la represión de la policía israelí, con granadas paralizantes, balas de goma y gases lacrimógenos, medios internacionales reportaron al menos 200 palestinos heridos el viernes 7 de mayo y 100 más al día siguiente. Dichos enfrentamientos se dieron en medio de la tensión por las celebraciones del día de Jerusalén, el 10 de mayo, cuando se conmemora la toma de Jerusalén del Este. Actualmente, gran parte de la comunidad internacional considera la toma de Jerusalén del Este como parte de la ocupación ilegal de territorios de Palestina y desconoce a Jerusalén como capital de Israel.
Como respuesta a la represión de Israel, el brazo militar de Hamás, el partido palestino gobernante en la Franja de Gaza, ha lanzado globos incendiarios hacia territorio israelí. También efectuó el lanzamiento de algunos misiles, que en su mayoría interceptó la defensa antimisiles israelí, aunque dos mujeres israelíes fallecieron, según el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. Israel respondió a dichos actos con ataques aéreos, causando, al 11 de mayo, al menos 28 muertos, incluidos diez niños, y unos 125 heridos, según el Ministerio de Salud de Gaza.
La Franja de Gaza, uno de los territorios de Palestina, es un enclave empobrecido con más de dos millones de habitantes, ubicado entre el mar Mediterráneo e Israel. Se considera, existe una crisis humanitaria en dicho sitio, debido al bloqueo que Israel ejerce sobre este territorio desde la toma del poder de Hamás en 2007. Israel mantiene sobre Gaza un bloqueo marítimo y aéreo y no permite el libre tránsito de la población palestina hacia dentro o fuera de la Franja de Gaza. Tampoco permite la libre importación o exportación de mercancías, situación por la cual Gaza padece de escasez de agua, medicinas y electricidad, en una crisis exacerbada durante la pandemia de Covid-19.
Organizaciones como el Observatorio de Derechos Humanos (HRW, en inglés), acusan a Israel de mantener un estado de “apartheid” en detrimento de la población de los territorios ocupados de Palestina. HRW acusa a Israel de privilegiar metódicamente a los judíos israelíes y discriminar a los palestinos a través de sus leyes, políticas y declaraciones de los principales funcionarios israelíes. Señalan que, en la búsqueda por el control judío israelí sobre la demografía, el poder político y la tierra, las autoridades han desposeído, confinado, separado por la fuerza y subyugado a los palestinos en virtud de su identidad en diversos grados de intensidad.
Según HRW, la gravedad de dichas privaciones en algunas áreas equivalen a crímenes de lesa humanidad, de apartheid y persecución. Cabe resaltar, expertos del estudio del genocidio, como el doctor en ciencias sociales Daniel Feierstein, identifican acciones similares a las descritas por HRW como parte de los procesos que conducen a un genocidio.
Con sus inicios a mediados del siglo XX, el conflicto entre Israel y Palestina parece no tener un fin próximo y se considera ya el conflicto más intratable de la historia. Mientras tanto, son los civiles quienes mayormente sufren las consecuencias de las hostilidades continuas, además con un gran número de violaciones a los derechos humanosde parte israelí. En consecuencia, la resolución del conflicto necesita urgentemente priorizar la protección de los derechos humanos en ambos bandos, mientras se actúa con verdadera firmeza contra los crímenes de guerra cometidos por Israel.
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