Por Jesús Ortega Martínez
En 1933, Adolfo Hitler y sus secuaces, decidieron imponer en el Congreso de la Republica de Alemania, la “Ley para solucionar los peligros que acechan al pueblo y al Estado” y que conocida como la ley habilitante de 1933. Mediante esta ley, el entonces canciller de Alemana Adolph Hitler se dotaba de poderes y facultades extraordinarias como las de aprobar y emitir leyes sin la participación del Congreso. Con esta ley Habilitante se terminaba con la República de Weimar, y en sentido diferente, se instalaba la dictadura de los nazis. El golpe de Estado se había llevado a cabo, y con ello Alemania entraba a la etapa más oscura de su historia.
La ley habilitante de Hitler fue, paradójicamente, aprobada en el Congreso Alemán, por los nazis, pero el voto decisivo fue aportado por el partido del centro (partidos religiosos). Los diputados del partido Socialdemócrata votaron en contra y los diputados del partido comunista habían ido al exilio, a la clandestinidad o habían sido detenidos.
La llamada ley habilitante de los nazis, convertía a Hitler en el único legislador, pero, además, concentraba en su persona a la totalidad del poder político.
Hago referencia a este hecho, que ciertamente dio un vuelco a la vida y a la sociedad en Alemania, pero que también fue el inicio de un proceso, que algunos años después, desataría una guerra que costó millones y millones de muertes de civiles y de militares de prácticamente todo el mundo, y que significó para la humanidad uno de sus pasajes más trágicos.
Las leyes habilitantes han sido la practica común en los golpes de estado y en aquellos procesos de formación de dictaduras. Ahora mismo, en México, el presidente López Obrador anuncia sus propias leyes habilitantes y amenaza con el hecho de que los diputados de morena y los de sus aliados (PVEM, PT, PES y otros) harán modificaciones a la constitución y a otras leyes para terminar con todos los órganos autónomos del Estado mexicano, que hoy sirven como contrapesos para evitar el ejercicio absoluto del poder por parte del ejecutivo.
López Obrador quiere desaparecer al Instituto Nacional Electoral (INE), al Instituto Nacional de Acceso a la información(IFAI), al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática(INEGI), al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL), al Banco de México(BdeM), a la Comisión federal de Competencia Económica (COFECE), al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social(CONEVAL) y sumarlos a los que ahora ya controla como son, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y a la mayoría del Congreso de la Unión.
Las leyes habilitantes de López Obrador tienen el propósito de destruir el sistema republicano de equilibro entre los poderes, para instalar en México el sistema del poder concentrado en un solo individuo, como lo hizo Adolph Hitler en 1933 en Alemania. López Obrador quiere instalar una dictadura en México.