Pantalla chica
Por Pablo Gómez Saenz
Cientos y cientos de programas, películas, series, documentales, en fin, una cascada de producciones que cubrían todos los géneros narrativos y que provenían de las más diversas nacionalidades. Y en general, productos de alta y en algunos casos de excepcional calidad tanto en factura como en contenido.
Buenas historias, relatos muy bien trabajados, guiones originales y eficientes, una fotografía cuidada e inspirada, buenos actores y bien dirigidos, un vestuario espléndido y cuidadoso, unos escenarios naturales y foros esquisitos, en fin. Y por supuesto un presupuesto poderoso.
Las plataformas arrasaron con los programas que producían las cadenas televisoras nacionales. En un golpe súbito las cadenas televisora exhibieron su enorme pobreza en forma y fondo; su profunda falta de calidad en todos sentidos.
Al día de hoy, las televisoras no han podio levantarse de semejante huracán, y la ficción mexicana en las pantallas chicas apenas se ve, y de hecho casi no produce. Excepto, como ya lo habíamos mencionado, en el tristementa célebre género de la narconovela.
Las televisoras se vieron entonces en la necesidad de proteger su propia existencia basandose en los programas deportivos, en los noticiosos, de los que ya hemos hablado y reforzar con apuros el género televisivo de los “programas de entretenimiento”.
La television mexicana y de manera muy particular Televisa, tienen una larga trayectoria en este tipo de programas.
Es necesario mencionar de manera muy especial el caso de “Siempre en domingo” conducido por Raúl Velasco.
Durante 28 años Velasco fue el conductor de este programa de música y variedades.
El programa consistía en la presentación de personajes de la farádula, cantantes y la supuesta promoción de personajes menos conocidos.
El cantante o el comediante consideraba muy valioso aparecer en este show.
El éxito de este programa encumbró al señor Velasco haciéndolo practicamente su dueño y se veía en millones de pantallas de televisión todos los domingos. Sin embargo tampoco pudo esquivar las formulas acartonadas.
Nunca pudo funcionar un motor creativo y de investigación a través del cual generar y construir un espacio que diera cuenta del mosaico cultural mexicano.
La consigna de “mientras más barato mejor” era ley. Tristemente.
“Siempre en Domingo” fue el propulsor de la balada pop barata, del músico estandarizado. Decenas y decenas de figuras fueron literalmente creadas a través de este espacio de entretenimiento. Inventaban ídolos de cartón, fugaces, y en su gran mayoría desprovistos de talento.
No creo que sea exagerado decir que este bodrio contribuyó en buena medida a delinear el consumo popular de México, y por muchos años.
A mi entender este programa hizo un daño muy importante en el terreno de la difusión cultural de un país.
Otra vertiente del programa de entretenimiento son los “shows” matutinos y vespertinos. ¿Se salvan de la crítica a su calidad ? No lo creo. Sin embargo tienen cierto éxito.
Pero el publico en general ya sabe que la buena television está en otras partes.
En resumen, la televisión privada abierta debe hacer una auto evaluación severa. Por donde se le vea, es un aparato muy poderoso pero que cojea por todos lados.