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sábado, noviembre 23, 2024

La violencia contra las mujeres sigue en aumento por el confinamiento

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#SinMujeresNoHayDemocracia                                                                                

Por Rogelia González Luis 

La otra pandemia de salud pública es la violencia contra las mujeres y el aumento de feminicidios durante el confinamiento por el COVID19 sigue creciendo de manera exponencial. El acoso aumento en un 92%; el abuso sexual un 26%, la pornografía infantil 117% Muchas de esas mujeres están ahora atrapadas en casa con sus maltratadores, intentando por todos los medios obtener servicios que sufren recortes y restricciones.

Las llamadas al 911, a los Centros de Atención Telefónica,  a los Centros de Atención Externa, han aumentado en un 100%, los refugios, casas de emergencia y casas de transición, están operando a su máxima capacidad en todo el territorio nacional, de acuerdo a los datos de organizaciones de sociedad civil que operan dichos espacios. 

La realidad es que el confinamiento es un elemento que no tiene precedentes, ya que el agresor permanece en casa y no hay momentos de calma para las mujeres, sumándole el hacinamiento en las viviendas que tiene que ver con las políticas sociales, en casas habitación en donde viven más de cinco personas o en comunidades indígenas donde la familia y comunalidad es una constante. Por otra parte si le sumamos el uso del alcohol y drogas, aumenta el riesgo de violencias y de feminicidios para las mujeres y las niñas en cuestión de horas. 

Aunándole que la mayoría de las mujeres no cuentan con autonomía económica, que  no cuentan con un empleo, que tiene tres hijxs o más, que no tiene seguro médico, ni recursos con que comprar comida y mucho menos para tomar un trasporte y acudir a un espacio donde puedan levantar una denuncia. Además de ello las víctimas de violencias no se van a visibilizar si no les responden el 911, si no acude la policía, si no la recibe el MP, ni el hospital, si vive en una comunidad indígena o afrodescendiente, si vive con discapacidad, si es migrante, es donde se visibiliza la interseccionalidad de las violencias y la discriminación de la que son objeto las mujeres. 

Por otra parte es importante mencionar que es fundamental garantizar los presupuestos y programas para las mujeres indígenas, las declaraciones vertidas desde una visión patriarcal y machista no abonan al desarrollo de nuestras naciones. Tener una mirada limitada al hacer una declaración, “que no hay condiciones necesarias para poder atender a las beneficiarias” deja en evidencia la falta de sensibilidad e información en torno al trabajo que realizan las organizaciones que brindan atención a las mujeres y en especial a las mujeres indígenas. Las acciones de las Casas de la Mujer Indígena o Afromexicanaconstituyen una herramienta para el acceso a los derechos de las mujeres indígenas y afromexicanas, son un espacio donde mujeres indígenas y/o afromexicanas brindan atención con pertinencia cultural, perspectiva de género y derechos humanos en las vertientes de derechos de las mujeres, prevención de violencia contra las mujeres, derechos sexuales y reproductivos, así lo marca el objetivo y las reglas de operación del programa de las CAAMIS. 

Por lo anterior exigimos de manera URGENTE que sea transferido el recurso para la operación de estos espacios, así como estrategias que impacten en el desarrollo y la vida de las mujeres.  La igualdad de género es esencial para superar en conjunto esta pandemia, la Organización de las Naciones Unidas ha publicado ya un informe donde menciona que se podrían revertir los limitados avances que se han logrado en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres, y se recomiendan  a los Estados partes, los métodos para que el liderazgo y las contribuciones de las mujeres se sitúen en el punto central de la resiliencia y la recuperación. Asimismo Instó a los gobiernos a que pongan a las mujeres y las niñas en el centro de sus esfuerzos para la recuperación del COVID-19. Lo primero es actuar con las mujeres como líderes, con igual representación y poder de decisión.

El COVID-19 no es solo un desafío para los sistemas de salud de todo el mundo, sino que está poniendo a prueba nuestra humanidad y la importancia de la vida de las personas, en específico la vida de las mujeres, las niñas y los niños. 

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