Por Erick Medagui
El amor es algo desconocido y que nos ofrece cero garantías de salir bien librado de este sentir, es más, ni siquiera nos ofrece la posibilidad de que el afecto que nosotros podemos ofrecer sea recompensado.
Agustín de Hipona decía que el amor verdadero es en el que no se espera nada a cambio. Llegó a esta conclusión tras años de haber fallecido un amigo suyo muy cercano y de ahí su idea de amor verdadero. Si uno ama sin esperar que el otro también le ame, cuando este otro se marche, su ausencia no será tan dañina para nuestros sentimientos, pues amamos a este ser sin necesitar que él nos demostrara su afecto hacia nosotros. Puede que de esto nazca el sentimiento de sufrimiento al fallecer un ser querido, jamás podrá devolvernos un te quiero o un abrazo, simplemente será como emitir una onda por el espacio profundo y no recibir ninguna señal de vuelta.
El amor es un fenómeno que creo incapaz de poder darle una definición con palabras, pues en sí mismo es un sentimiento al cual ninguna palabra podría describir su sentir y mucho menos de forma racional, pues el amor en sí mismo es un estado de demencia prolongada. Nos perdemos en el mar de emociones que el otro nos hace sentir y somos capaces de hacer cosas que probablemente nos disgusta hacer, de igual manera nos cambia la percepción de la vida, todo lo vemos de color rosa cuando incluso llueve y hay truenos en el mismo entorno. Por ello considero al amor en sí mismo imposible de ser descrito por meras palabras, ninguna definición en la tierra podrá recrear el sentimiento del amor y lo que provoca en nosotros cuando se hace presente. Sin embargo hay otras formas de recrear el sentimiento de amor y es la música o el arte. Aunque sé que la poesía o la letra de una canción es lenguaje, esta no busca entender al amor o saber lo que significa, sino que solo busca imitar el sentimiento de este.
Ahora bien, la soledad es otro fenómeno bastante poco entendido en nuestro entorno, y de igual fuerza que el amor. La soledad no es lo mismo que estar solo, pues se puede sentir soledad acompañado de muchas personas, pero también se puede sentir uno en buena compañía estando consigo mismo únicamente. Eso es lo más incomprendido sobre el tema y de ahí que se piense que la soledad se cura juntándose con más personas o visitando lugares concurridos, cuando realmente es más una cuestión interna, en nosotros mismos, aunque claro, el exterior influye mucho.
¿El amor qué relación mantiene con la soledad? Que ambos terminan por ser espejismos que se mantienen en nosotros mismo todo el tiempo.
Nosotros amamos a la otra persona por lo que nos hace sentir y por como nosotros en cierto grado identificamos nuestras necesidades en esa persona, viéndola como una solución a estas. De ahí que nazca la idealización de la otra persona.
Podemos ser capaces de divinizar al otro por la necesidad de compañía. Ahora sí que el sentimiento de soledad es el potenciador del mismo sentimiento de necesidad de amor, también depende en qué grado se sienta la soledad. Por eso mismo podemos observar a muchas personas que por un sentimiento profundo de soledad cometen errores a la hora de buscar la compañía de otros, eligiendo a alguien que le puede hacer mal a su persona o simplemente estableciendo una relación con quien no ama realmente tan solo para erradicar el sentimiento de soledad, siendo esto únicamente un placebo que pausara el sentimiento pero al poco tiempo lo reanudará nuevamente.
El amor es soledad en sí mismo, pues nos enamoramos tan solo de una imagen que el otro nos proyecta y no del auténtico ser que se esconde dentro de su cabeza, pues lógicamente es imposible adentrarse en su conciencia y conocer a su auténtico yo. También otro factor que sujeta al enamoramiento es el momento en el que se presenta el otro y como nos encontramos internamente en dicho instante.
Para resumir. Nos enamoramos de la imagen que tenemos del otro pero no del otro mismo y ello se relaciona con la concepción de amor verdadero de Agustín de Hipona. Debemos ser conscientes de ello y formar una especie de amor autónomo y autosustentable en la cual no necesitemos que nuestro amor sea correspondido para poder permanecer en un estado de templanza mental. Pues a final de cuentas si el amor es algo que solo nace dentro de nosotros mismo, deberíamos ser capaces de regular nuestra dependencia emocional respecto a esta ¿no?
A final de cuentas yo escribo esto en un momento donde no me hallo enamorado de nadie y por ende mantengo un poco de mente fría al pensar en esto. Sería interesante reflexionar este tema nuevamente cuando todo cambie y me encuentre dentro del espejismo del amor para ver qué observaciones encuentro en dicho momento. Así que espere “comentarios sobre la soledad del amor” próximamente en su cine más cercano.