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sábado, noviembre 23, 2024

La procrastinación, la esencia de dejar todo al mañana

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Por Guillermo Cejudo

Procrastinar, la RAE lo define como ‘diferir, aplazar’, su etimología viene del latín procrastinare: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro. Ésta acción se puede ejemplificar cuando postergamos una actividad importante, como lo sería estudiar algún texto para el colegio, un pago pendiente o algún proyecto para un trabajo,  por otras de menor relevancia, como lo sería la innecesaria revisión de redes sociales o sumergirse en actividades de ocio banales.

Todos necesitamos un descanso de la rutina, por supuesto, pero ¿cómo diferenciar el descanso entre evitar/posponer la responsabilidad? Quizá alguna vez hayamos sido aquella persona que dejó todo para el último momento, que a pesar de haber realizado la tarea comprometida, ésta no fue satisfactoria, pues cumplimos con el deber, sin embargo el empeño en ella fue mediocre, cuando tuvimos oportunidades de realizarlo de la mejor forma solamente lo dejamos para después. Esto es completamente normal, a cualquiera nos ha pasado o pasará. El conflicto viene cuando esto ya es una rutina, con situaciones laborales, escolares y/o del hogar.

Procrastinar en primer plano parecería una cuestión que solo afecta al individuo que está llevando el acto a cabo, con los ejemplos anteriormente mencionados así parecería. Por un extremo, está cuando entregas una tarea que semiplagiaste de internet en donde obtienes una mala calificación; en el otro extremo, no le das importancia a indicios de malestares en tu salud, piensas que después te atenderás, infectas a otras personas y todo se complica (como lo es la pandemia por la que pasamos por el COVID-19).

La neuropsicología trata de explicar la procrastinación como un acto natural motivado por el sistema límbico, aquél, que en términos simples, controla nuestras acciones más instintivas y primarias, aquellas destinadas a la supervivencia. Éste sistema, por la vía mesolímbica controla el llamado ‘sistema de recompensa’ que regula la producción de dopamina según el estímulo (oír un chiste, ver un video de tiernos animales, un abrazo, etc.) que recibimos. Lo que hace es que cuestiones pequeñas como ver un video gracioso en internet sea más atractivo en ese momento, en vez de realizar ese proyecto escolar que generará estrés, pero a largo plazo podría ofrecerte una beca o un buen trabajo; esa reacción del sistema de recompensa nos lleva a elegir lo que nos hará sentir bien inmediatamente (pero será fugaz) y por lo general, las acciones que nos traen grandes beneficios a nuestras vidas, son a largo plazo, que en el camino nos traerán estrés antes de poder llegar a la esperada retribución, que claramente será mucho mejor, a diferencia de unos momentos de diversión que lo más probable es que olvidarás, por no tener un peso emocional que transforme tu vida.

Reiterando, es una acción común entre todos los humanos, lo fundamental es percatarnos que sean situaciones aleatorias y no un modus vivendi. Si cada uno somos responsables del papel que nos toca desempeñar, aunque parezca poco, realmente es un gran cambio para construir una mejor sociedad, pues como población, nuestras acciones por más mundanas que sean, como efecto mariposa, afectan a todo el planeta.

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