Por Rogelia González Luis
#SinMujeresNoHayDemocracia
Ayer iniciamos la fase tres de la pandemia de COVID-19 en nuestro país, según las cifras al día tenemos 8,772 contagios y 712 muertes, así como una crisis de salud pública y en la economía de nuestro país y aún no contamos con políticas públicas claras en materia de salud, educación y sobre todo de violencia contra las mujeres.
De acuerdo con ONU Mujeres, se estima que el 35 % de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja o de otra persona en algún momento de sus vidas. El número total de feminicidios en todo el mundo asciende a 87.000 mujeres asesinadas por año, de ellas el 58% fueron por sus parejas o familiares señala que las mujeres de entre 15 y 44 años tienen más riesgo de sufrir violencia de género que de sufrir cáncer, accidente de tráfico o malaria.
En nuestro país ocurren 10 feminicidios al día y antes de la pandemia el 64% ocurrían dentro de la vivienda de la víctima, y ante el contexto que vivimos actualmente por el confinamiento por el COVID-19, la principal amenaza para muchas mujeres se da principalmente dentro de sus hogares. Este espacio que debería representar un ambiente de seguridad y protección, es un lugar peligroso que fomenta un estado de ansiedad y miedo permanente, y que en muchos casos, se convierte en el escenario de muerte de las mujeres.
Los organismos internacionales como ONU Mujeres, la Comisión Interamericana de Mujeres, han hecho énfasis en la gravé crisis y los impactos negativos que han causado, a la población en general, pero más aún a las mujeres en el mundo y en nuestro país, el cual va desde la discriminación hacia el personal femenino de salud, el impacto económico en los hogares sostenidos por una mujer, la desigualdad en el rol de cuidados, así como el incremento de la violencia familiar.
Otro de los ámbitos que hay contemplar, es el impacto económico que causa la pandemia en las mujeres mexicanas, pues una gran mayoría de ellas laboran predominantemente en el sector informal, y más aún en las comunidades indígenas donde los trabajos no cuentan con seguridad social, aunado a la diferencia salarial que existe entre hombres y mujeres, donde las mujeres ganan un salario inferior.
Asimismo el tema de cuidados hay una distribución inequitativa, pues las mujeres ocupan aproximadamente 2.6 veces más tiempo que los hombres a las tareas de cuidar a niños y niñas, enfermos, adultos mayores y cuidado del hogar en general y más aún en las comunidades indígenas donde son las mujeres quienes van por el agua y las hortalizas para la alimentación, donde hay una grave crisis por la falta de alimentos y la precarización del agua.
Desde este espacio hacemos un llamado a las ciudadanas y los ciudadanos a contribuir desde nuestros espacios a #QuedarseEnCasa y a solidarizarse con el personal de salud, quienes están en la primera línea de batalla en la atención de pacientes con CONVID-19, de mi parte seguiré en la lucha por la defensa de los derechos humanos de las mujeres, las niñas y los niños.
Desde aquí les digo a las mujeres que no están solas pueden llamar a las líneas de ayuda institucionales como el 911 01 800 HÁBLALO (4 22 52 56), al celular que está disponible de la campaña #YoTeDefiendo 5578886557 del PRD y al de las diversas organizaciones de la sociedad civil como la Red Intercultural de Refugios al 01 800 8368880