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viernes, abril 19, 2024

La maldición imperialista

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Por Daniel H. Mondragón Flores

En mi anterior columna “los vacíos de justicia llama desde las tinieblas al leviatán” toqué un tema importante, la soberanía, recapitulando el tema, se entiende que el Estado soberano es aquel capaz de garantizar la paz y la defensa común, en la ya mencionada columna hablamos de la parte interna enfocada a la paz. Pero ahora hablaremos de la defensa común, donde haremos la reflexión sobre si nuestro Estado es capaz de defendernos frente a otros Hombres (siguiendo con la idea de Hobbes), en este caso me enfocaré en el sentido de autoridad, en estricto modo a tener el derecho de acción y palabra.

El imperialismo entendido como “la fase superior del capitalismo” encontramos su influencia no solo en México sino en América latina y el mundo, gracias a dos potencias que en un inicio fueron capitalistas, y para extender su riqueza aumentaron su imperio; Estados Unidos e Inglaterra. De las cuales su peso histórico derivó a su influencia actual tanto política, económica, militar y socioculturalmente.

En el caso de Inglaterra, ésta tenía un poder político y económico debido a su dominación, en gran parte, de las rutas comerciales marítimas, usando una herramienta en especial frente a otros Estados: tenía el puerto más grande de su tiempo; además tenía un aparato financiero con el más alto nivel de especialización, donde mantenía su poder a base de: un monopolio mundial de fletes y seguros, y en igual forma de un mercado internacional de oro. Algo paradójico de resaltar es sobre su intolerancia al proteccionismo aduanero, mientras defendían la legislación proteccionista más severa de Europa. 

No obstante llegó Estados Unidos a estropearlo todo con su doctrina Monroe y esa consigna  tramposa de “América para los americanos”. El imperialismo inglés tuvo que manejarse entonces con mesura, por lo que se optaron medidas de control a base de creación de deudas con intereses (empréstitos), que llevó a países latinoamericanos a la bancarrota financiera.

A su vez se optó por el  uso de “títeres” que garantizaban la voluntad de los mercaderes, banqueros e industriales (la burguesía inglesa), por consiguiente este dominio radicó en la dependencia de los nacientes países independientes, pues el verdadero poder está lejos del poder, o sea creando un  colonialismo disfrazado, y a estas desafortunadas colonias tuvieron que tener otras colonias. Del imperialismo al subimperialismo…

Lo anterior mencionado lo vemos tan claro en la guerra de la Triple Alianza o la Guerra de Paraguay. Fue una guerra  en donde Brasil, Argentina y Uruguay se unieron para atacar a Paraguay. Esta guerra fue de principio a fin financiado por Inglaterra, mediante el Banco de Londres y entre otros más bancos, con los empréstitos leoninos, que sirvieron para asegurar sus ganancias, dejando hipotecada la suerte de los países vencedores.

La burguesía inglesa fue la beneficiada en este crimen, y digo crimen porque era la única nación que se había levantado sin necesidad del capital extranjero, y la llevaron a la ruina, a una tragedia. Un lugar en donde las masas populares habían vencido a la oligarquía, el único país de América donde no habían mendigos, ni hambrientos, ni ladrones, ni analfabetos; solo fue un país donde su proteccionismo lo llevó a su gloria y a su final. 

Después de todo Inglaterra suministraba el capital que necesitaban  los países como Brasil, para mejoras internas, esos fueron sus medios para el fin de que  existiera un libre comercio y navegación. Asimismo la importación tuvo un papel muy importante, se vio un intercambio de materia prima (América Latina) y manufactura (Inglaterra).

Del otro lado Estados Unidos llevó su imperialismo con medidas diferentes como adiestrar fuerzas armadas de un país en cuestión; crear sus planes económicos; reestructurar las universidades a su favor; crear esquemas político democrático; y finalmente crearles deuda, esta última como la más importante, ya que se retribuían préstamos onerosos a los buenos servicios de un régimen.

El fin de esta guerra resultó ser más perjudicial, no fue la victoria para la Triple Alianza, sino fue de Inglaterra, sin ser esta una de las beligerantes fue la que se apropió con el verdadero botín; Deuda es igual a dinero, ergo Inglaterra al financiar esta guerra ganó algo más que 4 países endeudados, ganó su dependencia, y solo de esta forma poder manipular a su gusto el mercado interno de América Latina. 

Paraguay antes de perder esta guerra, era un 98% propiedad pública, y pasó a ser solo el 1.5 % de propietarios con disposición del 90% de las tierras, que eran explotadas, en efecto una tragedia absurda. Una maldición adquirida sin duda, que pasó a evolucionar al imperialismo yanqui (EUA) gracias a Stroessner (expresidente de Paraguay) que desplazó los intereses Anglo-argentinos a los Brasileños y por ende a los dueños de estos, los Norteamericanos. 

Después de todo era América para los  Americanos  (la población estadounidense) ¿no es así? bueno  al menos “se evitaba que los países europeos invadieran América”, pero ¿a qué costo?, al costo de someternos a un imperio. Hobbes escribe “allí donde el pueblo está gobernado por una asamblea elegida por el pueblo mismo de su seno, el gobierno se denomina democracia o aristocracia, cuando es gobernado por una asamblea que no es de propia elección, constituye una monarquía, no de un hombre, sino de un pueblo sobre otro pueblo”, vivimos en un imperio, donde nos domina la monarquía neoliberal de Estados Unidos.

Así se forman los imperios, sometiendo las voluntades. México entre otros países de América Latina su soberanía ha sido enajenada hacia el imperialismo yanqui. En estos Estados se crea el clima apropiado para las inversiones, a costa de que se coman a bocados la riqueza de cada nación. Dependencia y saqueo es lo único que resuena en América Latina. Y se siguen haciendo estas acciones, hoy tenemos a un presidente que tiene un discurso de izquierda, pero emplea medidas neoliberales como cerrar las fronteras a los migrantes de América latina; se sigue utilizando la industria de la guerra, vendiendo armas y desestabilizando países; no olvidemos la operación Cóndor en América Latina; entre otros muchos casos.

Eduardo Galeano escribió acertadamente en Las venas abiertas de América Latina “la Triple Alianza sigue siendo todo un éxito”, pero también una maldición, tragedia y luto para todos los países vulnerables a causa del peor de los males de la humanidad, que impidió la unión, estabilidad y paz que se busca dentro de los Estados y en sus relaciones, todo por el bendito imperialismo.

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