Argentina llegó tarde a la aprobación del voto femenino, que se vio inmerso en la puja entre peronistas y antiperonistas por el empuje que dio la emblemática Eva Perón a la lucha de décadas de las sufragistas; pero fue la base de varias leyes de vanguardia que ampliaron los derechos de las mujeres.
El 23 de septiembre de 1947, es decir, este viernes se cumplen 75 años, el primer Gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1955) promulgó la ley que permitía a las mujeres argentinas ejercer su derecho al voto, al determinar que tienen los mismos derechos políticos y las mismas obligaciones que los hombres, 35 años después de que ellos accedieron al voto secreto y obligatorio con la llamada “Ley Sáenz Peña” (1912).
En 1951 las mujeres pudieron ejercer su derecho a votar, porque el Estado tuvo que crear un padrón electoral de 4,2 millones de mujeres, que implicó otorgarles un documento especial, la llamada libreta cívica: la número 1 emitida para la primera dama, Eva Perón (1919-1952).
“Hace que las mujeres por primera vez puedan tener un documento. Esto es muy importante. Por eso las mujeres van de forma masiva (a votar). Sin diferencias del peronismo y antiperonismo”, cuenta a Efe el subdirector del Observatorio de Estudios Electorales de la Universidad de La Plata, Sebastián López Calendino.
Antes de la mano de Eva Perón, fue importante la lucha que emprendieron las sufragistas en Argentina, sobre todo en el siglo XX -Julieta Lanteri, Alicia Moreau de Justo, Elvira Rawson, Florentina Gómez Miranda, entre otras- que siguieron el camino que se había iniciado en Occidente.
De hecho, Lanteri fue la primera mujer que pudo votar en Latinoamérica, antes de la “Ley Sáenz Peña”, gracias a una medida judicial.
LA FUERZA DE EVA
Hubo una serie de avances hasta que el primer Gobierno de Perón “llega con la fuerza de Eva Perón”, quien toma la consigna del voto femenino “y va a lograr que, después de mucho tiempo y debates truncos, pueda ser tratado en el Congreso”, y el 9 de septiembre de 1947 se lograra la sanción, explica López Calendino.
“Mujeres de mi patria: recibo en este instante de manos del Gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos (…) sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria”, comenzaba entonces el discurso de Eva Perón ante una multitud en Plaza de Mayo.
“Aquí está, hermanas mías, resumida en la letra apretada de pocos artículos, una historia larga de luchas, tropiezos y esperanzas”, agregó.
El voto femenino llegó tarde a Argentina, porque, por ejemplo, en Estados Unidos las mujeres empezaron a votar en 1920; en Uruguay, primer país de Latinoamérica, en 1927; y en España, en 1933.
“El rol de Eva Perón es muy importante”, confirma López Calendino, porque es ella “la que logra que el tema se trate y no caiga el tratamiento en el Congreso”, al recordar que antes de la sanción hizo “seis conferencias previas en la radio acerca de la importancia que tiene el voto femenino”.
La fuerte división entre peronistas y antiperonistas y la especulación política por un aprovechamiento de la nueva ley enmarcaron la aprobación del sufragio.
“Votaron 90 % de las mujeres que podían votar en 1951”, dice López Calendino, y la mayoría votó al peronismo: “Las únicas mujeres que tienen representación en el Congreso desde 1951 son del partido peronista femenino”, con 23 diputadas y 6 senadoras.
LEGISLACIÓN DE AVANZADA
En los años subsiguientes, las mujeres argentinas sumaron otras conquistas para ejercer sus derechos políticos.
En 1991 se sancionó la “Ley de Cupo Femenino”, la primera en el mundo, por la cual un 30 % en las listas de candidatos de los partidos políticos debía ser ocupado por mujeres.
Luego, la “Ley de Paridad de Género”, que se aplica desde 2019, establece la representación igualitaria entre hombres y mujeres.
“Se va mejorando y se va ampliando la agenda legislativa justamente por la ampliación de los derechos de las mujeres”, afirma López Calendino, quien agrega que “en una legislatura con mayoría de hombres, estos temas pasaban más desapercibidos”, como la patria potestad, que en 1947 no existía, o el posterior debate sobre la legalización del aborto.
La mujer sigue siendo importante en las elecciones actuales, en un contexto de 70-80 % de participación ciudadana y pareja entre géneros. “Cada vez que hay una crisis, salimos votando”, señala López Calendino.
Argentina, además, ha tenido una presidenta que fue reelecta, Cristina Fernández (2007-2015) -que hoy es vicepresidenta de la nación y presidenta del Senado-, la segunda después de Isabel Perón (1974-1976), viuda y vicepresidenta del expresidente Perón (1973-1974).
También la presidencia de la Cámara de Diputados está a cargo de una mujer, Cecilia Moreau.
“Tenemos que enorgullecernos los argentinos. Tenemos una legislación de avanzada”, dice López Calendino, quien considera que la mayor participación femenina es un proceso “inexorable”.
EFE