Por Arturo Prida Romero
Presidente del IX Consejo Nacional del PRD
En estos días, donde nos encontramos inmersos en una crisis de salud, vale la pena reflexionar sobre una fecha sumamente importante a nivel internacional, el día mundial de la salud, el cual año con año es celebrado por diversas naciones del mundo el 7 de abril. Está fecha fue seleccionada en conmemoración de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la cual fue instaurada en esta fecha, pero del año 1948.
Esta efeméride tiene por objeto desarrollar la conciencia mundial sobre la importancia de mantener la buena salud, informar sobre la evolución de enfermedades mortales y crear hábitos sanos en las personas. Anualmente se escoge un tema que esté basado en las necesidades y sugerencias que realizan los estados miembros.
Con motivo de la celebración mundial del día de la salud, este año la Asamblea Mundial de la Salud ha designado al 2020 como el año Internacional del Personal de Enfermería y de Partería, algo que resulta en suma valioso para un país, como México, el cual tiene un déficit histórico en la materia.
Parece que durante décadas el gobierno de México ha descuidado a miles de personas que se dedican a salvaguardar lo más valioso que tenemos, nuestra gente. El personal de enfermería y partería desempeña una función crucial en la prestación de servicios de salud, ya que consagran sus vidas a cuidar a las madres, a sus hijos, administrar vacunas que salvan vidas, proporcionar consejos de salud, cuidar de las personas mayores y, en general, satisfacer las necesidades sanitarias esenciales del día a día.
En menester reconocer que son el eslabón más visible de la estructura de un hospital y por ende el que mayor contacto tiene con los pacientes, en la realidad hospitalaria nacional el personal de enfermería suele ser el primer y el único contacto de atención disponible.
México se suma a la larga lista de países periféricos que engrosan el déficit de personal especializado, el cual en su conjunto global necesita crecer en cerca de 9 millones de personas, según cifras de la OMS. En el país, la realidad es igualmente alarmante ya que sólo existen 19 enfermeras/ros por cada 10 mil habitantes, mientras que la OMS, recomienda un mínimo de 84.
Para ponerlo en contexto y dimensionar la deficiencia en Estados Unidos hay 84 enfermeras por cada 10 mil habitantes y en Canadá 82. Por otra parte, hace sólo unos días, con motivo de la pandemia por coronavirus Covid-19 en México, la Secretaría de Salud reconoció que existe un déficit de 23 mil 119 enfermeras y 6 mil 666 médicos en la red de hospitales para hacer frente a la fase dos y tres, aunque 2
estas cifras no consideran a las enfermedades crónico degenerativas y a los demás servicios de salud consuetudinarios.
Si se suma, el sistema de salud en su totalidad, el déficit en el país alcanza un número aproximado de 255 mil enfermeras, lo anterior, con base en los estándares de la OMS, la cual señala que por cada mil habitantes debe haber seis personas en esta profesión. En nuestro país, para lograr esa meta, tendría que haber un total de 731 mil 223, mientras que actualmente, con cifras INEGI 2015, en México laboran 475 mil 295 enfermeras y enfermeros, dando así la diferencia.
Esta carencia de personal provoca que en México 3.9 enfermeras estén a cargo de mil habitantes en promedio, cuando el estándar mínimo internacional es que sean seis por cada mil habitantes.
Las problemáticas del personal de enfermería no sólo son gubernamentales, sino que además son sociales, ya que el personal sufre de difíciles condiciones en otros aspectos. Como el laboral, en el cual cuentan con jornadas sumamente desgastantes y se encuentran en la mayoría de los casos, mal pagadas, o en su caso, el aspecto social, en donde reciben nada o muy poco reconocimiento.
Provocando que en México ya no existe una vocación para estudiar la carrera de enfermería. Sumado a esto, podemos citar el reciente caso de discriminación y violencia que sufrieron un grupo de enfermeras en el estado de Jalisco, donde al abordar el transporte público después de una larga jornada laboral y ayudar a cientos de personas en esta pandemia, los pasajeros del transporte obligaron a bajar del autobús a varias enfermeras por temor de contagiarse de Covid-19.
Es imperioso que como sociedad reflexionemos sobre la importancia de los miles de enfermeros y enfermeras que día a día combaten por darnos salud, y que enfrentan sus propios problemas, como la búsqueda de una plaza, un sueldo decoroso y el reconocimiento, ya que, sin su trabajo, el sistema de salud no podría simplemente existir.