Por Benjamín Muñiz
Comencé a escribir estas líneas a las 11:47 a.m. del lunes 7 de junio de 2021, todavía durante la celebración de la Sesión Permanente para dar seguimiento a la jornada electoral del 6 de junio de 2021. Para esa hora habían transcurrido 27 horas (de 36 que duró en total). En ese tiempo tuve la oportunidad de ver, de primera mano, el resultado electoral en La Magdalena Contreras.
Antes de la jornada electoral, todo parecía indicar que estaríamos ante una contienda bastante cerrada. La alcaldesa, que buscaba su reelección de la mano de la coalición MORENA/PT/PVEM parecía tener cierta ventaja sobre su más cercano contrincante, el candidato de Va X México, Luis Gerardo Quijano. La sesión de cómputo nos dio una gran sorpresa, Quijano se levantó con la victoria.
Una circunstancia similar aconteció con el abanderado morenista a la diputación local por el distrito 33 de La Magdalena Contreras, Fernando Mercado. Durante toda la campaña, diversas encuestas lo ponían con una muy cómoda ventaja sobre el abanderado de Va X México, Ernesto Alarcón. El resultado fue sorpresivo: Alarcón fue electo como Diputado.
Ante las sorpresas que se empezaban a gestar en el seno del Consejo Distrital 33, comencé a analizar lo que estaba sucediendo en la Ciudad de México. En la Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, que tenía una estrecha ventaja sobre Víctor Hugo Romo, alcanzó la victoria con un holgado margen. Por su parte, Sandra Cuevas, una joven política que apenas inicia en su carrera, fue capaz de arrebatarle a morena uno de sus bastiones: la Alcaldía Cuauhtémoc y, no solo eso, se la arrebató a una de las más fuertes mujeres de MORENA: Dolores Padierna. Azcapotzalco, Coyoacán, Álvaro Obregón. Conclusión: de ser el partido hegemónico, el pasado 6 de junio, MORENA perdió la mitad de su fuerza política en la Ciudad de México.
A nivel federal y en diversos estados de la República, el panorama fue diferente. Si, MORENA perdió la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, pero conserva su mayoría simple. Ganó Sonora, ganó Guerrero y se mantiene como un partido sólido. ¿Qué sucedió, entonces, en la Ciudad de México? Solo se me ocurre una respuesta: la tragedia de la Línea 12 el metro ocurrida un mes antes de la jornada electiva.
Durante aquella maratónica sesión, le di vueltas a los números y me pregunté, una y otra vez, como, al parecer de la nada, todo cambió de manera radical. Va X México no tenía realmente, en muchas alcaldías, la fuerza necesaria para enfrentarse a la maquinaría del partido de López Obrador y hoy es el gran ganador de la jornada. Incluso, para el PAN Ciudad de México, nunca había habido un resultado con una votación tan copiosa, ni siquiera cuando, en gran parte por el efecto Fox, Santiago Creel estuvo a punto de ganar la Jefatura de Gobierno.
El análisis me llevó a una conclusión: AMLO no perdió; MORENA no perdió. Claudia Sheinbaum perdió. La ciudadanía la castigó y, consecuentemente, a su partido, no tanto por la desgracia de la Línea 12 per se, sino por su pésimo manejo de la crisis, por su carencia absoluta de empatía, pero, sobre todo, por su necedad de mantener a Florencia Serranía, a pesar de todo, como Directora General del Metro. A mi parecer, cada día que Serranía permaneció como Directora General, MORENA perdía votos. Sheinbaum fue sorda a las súplicas, a las exigencias de justicia. Le falló al grueso de sus seguidores. Consecuentemente, lo más fuerte del voto de castigo en contra de MORENA se centró, precisamente, en la Ciudad de México.
Pero esta derrota generó un efecto muy particular: la gente que quiso aplicar el voto de castigo contra MORENA, votó, únicamente por los candidatos que, según el colectivo imaginario, tenían posibilidades para ganar (y, en muchos casos, de hecho, ganaron). Ahora, ¿realmente esos candidatos eran los únicos que tenían posibilidades? ¿Realmente, en todos los casos, las candidaturas de Va X México eran la mejor opción, los más idóneos? Aunque creo que, dentro de estos candidatos, hoy ganadores, existe una gran valía, también creo que, en otros partidos, se podría haber encontrado grandes perfiles.
Me queda claro que las otras opciones provenían de partidos de nueva creación y que, por lo mismo, no eran considerados como una opción real. Me topé con muchas personas que me decían que tal o cual candidato tenía excelentes propuestas, pero que los números no les deban y votar por ellos hubiera sido tirar su voto a la basura. Y si todos los que hubieran creído eso se hubieran juntado por otro candidato, ¿el resultado hubiera cambiado? Probablemente no y, dadas las circunstancias, la forma de votar contra MORENA fue la mejor que pudo haberse pedido.
Hoy, jueves 10 de junio, concluyó mi participación en el Consejo Distrital. La última sesión fue para realizar la entrega de constancia de mayoría tanto a Ernesto Alarcón, como Diputado, como a Luis Gerardo Quijano, como Alcalde, acompañado de su planilla y de 4 Concejales morenistas que entraron por representación proporcional. En dicha sesión tuve la oportunidad de hacer uso de la voz solo para recordarles que la población no pertenece a uno u otro partido y que, al ejercer la función pública y la función legislativa, deberían hacerlo, no solo en aras de aquellos que votaron por los ganadores, sino por todos los habitantes de su demarcación.
En esta jornada ganó la democracia, ganaron los mexicanos que alzaron la voz en contra de las injusticias y que, al encontrar oídos sordos en el gobierno, lo gritaron más fuerte en las urnas. Ganó el qeuilibrio del poder, ganó la rendición de cuentas. El gran perdedor, no es MORENA, no es AMLO, es Sheinbaum: sus aspiraciones políticas (si todavía tenía) fueron dinamitadas. No puedo negar que tengo cierta preocupación respecto de la forma de gobernar y legislar de la alianza: ¿podrán empatar agendas políticas? Esa es la gran pregunta y, al hacérmela, no puedo sacar de mi mente aquella frase de Don Manuel Gómez Morín: “es peor el bien mal hecho que el mal mismo”, pero tengo fe que se podrá trabajar en conjunto por un México mejor. Tengo fe que, teniendo a Alcaldes con la experiencia de Mauricio Tabe y la frescura de Sandra Cuevas, el trabajo se hará. Teniendo legisladores federales como Diana Lara o locales como Diego Garrido, Ana Villagrán, Jorge Gaviño, se tendrá el oficio político necesario para construir una agenda política que redunde en una mejor calidad de vida para los mexicanos.