Por Elizabeth Pérez Valdéz
Diputada Federal
El 26 de abril de 2023, ante el pleno del recinto legislativo, la Diputada del PAN, Martha Estela Romo, presentó una iniciativa de reforma constitucional del artículo 123, adicionando un párrafo al numeral sexto del inciso A, en el que a la letra dice: “Con excepción de las pensiones y jubilaciones tanto de los asegurados del Instituto del Seguro Social como del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado donde se tomará como medida de referencia el salario mínimo vigente”. Es decir, que la constitución mande que las pensiones y jubilaciones se calculen en salarios y no en UMAS.
Ya en Comisión de puntos constitucionales, estuvo a punto de aprobarse y pasar al pleno para su votación y, en su caso, consecuente adición a la constitución, sin embargo, el partido oficialista la detuvo, argumentando que la Secretaría de Hacienda le había hecho llegar los cálculos del impacto que tendría en el presupuesto federal del 2024, ya que las pensiones representan poco más del 20% del propio presupuesto anual, que es por cierto, prácticamente el mismo monto que se solicitó de deuda para poder cubrir el PEF del año corriente, dado el déficit actual.
Nosotras que representamos la izquierda libertaria de la Nación, hablar de salarios y pensiones dignas, es una demanda formal que tenemos desde hace más de 30 años. Pero también nuestras demandas han sido, gobernar sin ignorancia, ni desesperación por el poder, y eso significa tomar decisiones responsables y hablar con la verdad frente a las y los mexicanos.
Mi propuesta es que vayamos por partes. Que primero se apruebe la reforma constitucional mencionada, haciendo público el impacto presupuestal y la necesidad de endeudarse que eso representará (de lo que no nos oponemos, puesto que preferimos endeudarnos para eso que para aumentar la grosera riqueza de la familia presidencial vía corrupción); y también que el ejecutivo presente un plan sobre cómo se abordará el pago de esa deuda. La muestra del desastre, de hacer de las pensiones una propuesta de campaña populista, alocada e irresponsable, la podemos ver en Grecia desde el 2009, con la crisis que viven como la mayor desgracia para la gente que ha tenido que perder todo.
Ya después con todo gusto discutimos si se puede lograr que las pensiones lleguen al 100% de su salario en activo, como propone el ejecutivo. Una de dos: el presidente no sabe lo que dice, o una vez más, producto de su rabia y desesperación, recurre a la farsa y el oprobio hacia el erario público.