Por: H.P. Bryan Armando
La desgracia ocurrida el pasado 24 de octubre y la “Austeridad Republicana” que repiten con tanto fervor los sabuesos de MORENA y su intento de dictador, demuestran que lo imaginario se aloja únicamente en las páginas de los reporteros que han abandonado sus principios y autonomía, al plasmar las mentiras de Obrador y aplaudir en las mañaneras, como si de mascotas amaestradas se trataran.
Los discursos de “Austeridad Republicana”, “Combate a la Corrupción” y “Primero los Pobres” fueron palabras que endulzaron los oídos del pueblo mexicanos que ya estaba harto de los gobiernos que les habían fallado, le dieron su voto de confianza para que MORENA llegara al poder y creyeron ciegamente en un presidente que les prometió la “transformación”, a través de un plan de gobierno que jamás llegó. La 4T ha abandonado las esperanzas de los mexicanos que sí quieren un verdadero cambio, que no quieren repetir las incongruencias de las incongruencias que este sexenio ha provocado.
Por ello, para que exista un buen gobierno primero se debe tener un buen gobernante, que comprenda la importancia de fortalecer las instituciones que consolide la formación y conformación de los profesionales para que se ejerza con mayor eficiencia y eficacia y no solo busque llenar sus bolsillos y la de sus aliados con el presupuesto público y a expensas del sufrimiento y dolor del pueblo al que tanto prometió ayudar.
Si bien, el huracán Otis, que arrancó más de 45 vidas y destruyó todo a su paso en el Estado de Guerrero no fue culpa de Obrador, pero sus malas prácticas administrativas y sus caprichos lo vuelven cómplice, además sus manos quedaron manchadas de sangre cuando decidió desaparecer los 109 fideicomisos el pasado 21 de octubre del 2021, en los que se encontraba el FONDEN (Fondo de Desastres Naturales), bajo el discurso de “mal manejo de recursos”, y que estuvo considerado como un “barril sin fondo”, que era utilizado como aquella mina para robar recursos e ignoraban las emergencias del país, al no atender las necesidades de los damnificados.
Por tanto, surgen las siguientes cuestiones: ¿Dónde quedó ese presupuesto? ¿Por qué no existe una alternativa al FONDEN? ¿Quién se roba ese presupuesto? ¿Qué pasará con los damnificados de Guerrero? ¿Cómo afectará la economía del país por la falta de turismo? ¿En algún momento el presidente les piensa ayudar? ¿Qué hubiera pasado si el huracán hubiera sido en periodo de campaña?
Con esto queda demostrado que al presidente y a MORENA no les importa el pueblo mexicano sino su voto, ya que no dudaron en politizar esta tragedia, de forma tan cínica al lanzar un comunicado que solo podrían “ayudar” el ejército y personal de MORENA, dejando fuera a los demás partidos políticos y parte de la sociedad civil, para poder regocijarse en demostrar que él es el único salvador.
Sin embargo, esta jugada le costó el apoyo de los mexicanos a Guerrero, arrancó la esencia que significa ser mexicano, le quitó la etiqueta de ser el “país que ayuda, sin importar de donde vengas”, y lo peor, México cayó en un pozo que ya había sido cerrado. Este retroceso administrativo desecha las posibles soluciones de viejos problemas, solamente por querer vivir en el sueño de la austeridad.
Los mexicanos presenciamos una austeridad que está matando, fue esa misma que provocó la crisis sanitaria al desaparecer el Seguro Popular y negar a más de 15 millones de personas el derecho a la salud y dejándolos desprotegido en plena pandemia, aun cuando se tenía el proyecto del INSABI (Instituto de Salud para el Bienestar); ahora, las consecuencias de sus malas acciones lo han alcanzado a pocos meses de acabar su sexenio y elegir al próximo presidente pues al no existir una alternativa para el FONDEN, se debe de disponer del presupuesto de otros organismos, y pronunciar la barbarie de querer desviar los estímulos económicos como el caso de la CONADE (Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte), bajo el argumento de solidarizarnos con Guerrero y abandonar a los atletas mexicanos a escasos días del cierre de los Juegos Panamericanos de Santiago.
Obrador y sus sabuesos sienten la soga en el cuello que ellos mismos se han puesto, y el huracán Otis vino a rebelar las deficiencias del austericidio, ya que se cuenta con un presupuesto limitado y con un gasto 3 veces mayor, equivalente a 276 mil millones para la reconstrucción del puerto de Acapulco. Las malas prácticas y las acciones decadentes ignoran las emergencias del país y no atienden las necesidades de los damnificados volviendo a los actos criminales que tanto criticó los cuales se ven reflejados en la escasez que ahora están viviendo los habitantes de Guerrero.
Esta soga se va a transformar en el rechazo a su candidata, pues al preferir contratar una deuda interna y externa por más de tres mil trecientos catorce billones de pesos para una refinería que no produce o el presupuesto de 61 mil millones destinado a un tren ecocida, equiparable a 5 veces lo de la reconstrucción del puerto de Acapulco. Solo queda decir que para poder soñar no hay que cerrar los ojos, hay que leer.