Durante las festividades de fin de año, especialistas en salud alertan sobre el aumento significativo en las consultas de emergencia relacionadas con un tipo de arritmia, la fibrilación auricular, comúnmente desencadenada por el consumo excesivo de alcohol. Esta condición, conocida como “síndrome del corazón festivo“, ha sido resaltada por la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) como un grave riesgo para la salud cardíaca durante las celebraciones.
La Fundación del Corazón española publicó una conclusión a partir de un estudio realizado en 97869 pacientes, “el consumo activo de alcohol se asocia a un incremento del riesgo de desarrollar ictus isquémico tras el diagnóstico de una fibrilación auricular, mientras que su cese podría conllevar una disminución del riesgo de ictus”. La Organización Mundial de la Salud indica, el 49% de la población mundial adulta consume alcohol y en Europa, el porcentaje de eleva al 60 por ciento.
Médicos advierten desde hace años el riesgo del consumo de alcohol, especialmente en épocas decembrinas, debido a que suele generarse la combinación de más comida y alcohol y menos relajación y ejercicio. En la década de 1970, los médicos llamaron “síndrome del corazón festivo”, pues identificaron que pacientes sanos llegaban a urgencias con fibrilación auricular, especialmente en épocas decembrinas.
El “síndrome del corazón festivo” se identifica por la presencia de fibrilación auricular, una arritmia que altera el ritmo cardíaco, causando palpitaciones, falta de aire o dolor de pecho. El alcohol, considerado una sustancia tóxica para el corazón, juega un papel crucial en este síndrome. Su consumo excesivo en un corto período libera más adrenalina y noradrenalina, incrementando el ritmo cardíaco y la presión arterial. Incluso una sola bebida al día puede aumentar el riesgo de fibrilación auricular en un 16%, especialmente en individuos con factores de riesgo preexistentes.
Incluso, la mayoría de las investigaciones médicas se centraron en los efectos benéficos de la “paradoja francesa”, es decir, un consumo moderado. Para evitar el “síndrome del corazón festivo”, se recomienda limitar el consumo de alcohol, manteniendo una hidratación equilibrada y siendo consciente del consumo de alimentos y bebidas. También es esencial reducir el uso de sal, embutidos, grasas y azúcares, y estar atentos a las señales del cuerpo, buscando asistencia médica en caso de malestar. Expertos en salud concluyen, aunque las festividades son momentos para disfrutar, es crucial tomar decisiones inteligentes sobre el consumo para proteger la salud cardíaca.
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