Dos estudios publicados en la revista Science muestran las primeras evidencias de que se genera inmunidad tras haber contraído y sobrevivido a la Covid-19. Estos datos señalan la existencia de inmunidad protectora contra una posible reinfección en primates no humanos.
El primero de los experimentos indagó en la reacción inmune una vez curada la Covid-19. Para esto, los científicos desarrollaron un modelo de infección de SARS-CoV-2 en monos macaco Rhesus (Macaca mulatta), quienes presentaron la enfermedad con una carga viral grande en las vías respiratorias altas y bajas. Los investigadores también observaron respuesta inmune humoral y celular, así como evidencia de neumonía por virus. Una vez recuperados, se les expuso nuevamente al SARS-CoV-2 y se observó una disminución en la carga viral media comparada con la infección inicial, lo que sugiere una protección mediada por el sistema inmune.
En el segundo experimento, los científicos desarrollaron una serie de vacunas de ADN, con distintas expresiones de la proteína ‘Spike’ (proteína S) del SARS-CoV-2, que fueron aplicadas a 35 macacos Rhesus para probar su eficacia inmunológica. Una vez completado el tratamiento, los monos fueron expuestos al virus para estudiar la respuesta del sistema inmune.
Tras analizar las muestras obtenidas de hisopados nasales y lavados bronquioalveolares, los científicos encontraron que la vacuna desarrollada con la codificación completa de la proteína S del virus consiguió una reducción de la carga viral media en las vías respiratorias. Los anticuerpos generados, señalaron, se correlacionan con la eficacia protectora de la inmunización inicial. Estas mediciones demuestran la eficacia de la vacuna en primates no humanos.
Alrededor del mundo, distintos esfuerzos se llevan a cabo para desarrollar una vacuna para combatir la enfermedad causada por el nuevo coronavirus. Al menos veinte equipos de especialistas intentan conseguirla a través de instrucciones genéticas (con ADN o ARN) que generen una respuesta inmune. Este tipo de vacunación consiste en la inserción de ácidos nucleicos en células humanas. Estas células al multiplicarse, replican la información genética del virus. La mayoría de estas vacunas utilizan la proteína S del virus.
Estas vacunas son fáciles y seguras de desarrollar. No obstante, no existen actualmente vacunas aprobadas que utilicen esta tecnología. Ante la grave crisis sanitaria causada por la pandemia, es importante conocer si una persona desarrollará inmunidad después de haberse recuperado de la Covid-19. Esto ayudará a una mejor planeación de las políticas públicas para el combate de la enfermedad, mientras se realizan investigaciones para desarrollar una vacuna contra el virus SARS-CoV-2, como tarea altamente prioritaria.
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