Por Arturo Prida Romero
Presidente del IX Consejo Nacional del PRD
Durante estos días los contagios por el Covid-19 no es lo único que crece exponencialmente, al igual que un virus, las noticias falsas y los mensajes de odio crecen igualmente, propiciados por el gran abanico de medios informáticos que existen. Este tipo de información en las cantidades que se tienen en el país, actualmente, son igualmente dañinas y peligrosas para la sociedad que una pandemia por la desinformación que pueden contener.
Este fenómeno más común de lo que se pude pensar aumenta cada día, por lo que, la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) recopiló estas conductas y las nombró como infodemia.
Hoy en día este término se utiliza para referirse a la epidemia informativa de la pandemia, es decir, la invasión de noticias maliciosas o falsas, que aumentan el pánico, alimentan la angustia o promueven conductas incorrectas poniendo en riesgo la vida de millones de personas.
Todos hemos sido testigos y víctimas de la infodemia, pues hemos recibido o visibilizado información falsa, aún que no hiciéramos caso de ella, engrosamos la fila de personas a las que buscaban engañar. Existen numerosas estrategias para desinformar, engañar, crear corrientes de opinión y hasta tráfico hacia portales específicos, todo ello con el único propósito de servir a intereses particulares.
Ejemplo de ellos es que, ante la crisis sanitaria, se han construido a propósito, personajes, relatos, cifras y narrativas que generan capital económico, social y/o político, este último a favor del gobierno o de actores políticos de oposición. Ahora mismo, el presidente López Obrador se dice víctima de la infodemia que inunda los medios mexicanos y según él, ataca a su gobierno y su estrategia sanitaria.
Como siempre, una verdad a medias, ya que las redes digitales, no atacan la figura presidencial per se, ni atacan a un gobierno que desempeña bien su encargo. La opinión pública y millones de personas (ayudadas algunas veces por logaritmos) atacan a un servidor público que se niega a escuchar, que se niega a sentir empatía por un pueblo que se siente traicionado.
La guerra mediática de la 4T, a diferencia de la de Covid-19, tiene un respaldo en hechos consumados; nadie podrá olvidar como un gobierno supuestamente de izquierda ha hecho el trabajo sucio de Trump en la frontera sur; como se acelera la militarización del país; como en contra de la lógica y la tendencia internacional incentiva las energías fósiles y acomete contra las energías limpia; como minimiza y denota la causa feminista; como ignora la corrupción de sus incondicionales, diciéndole compañero a Bartlett; aborreciendo a la libertad de prensa; o trabajando para Salinas Pliego; la guerra mediática contra su persona y su gobierno no es una infodemia, es una legítima lucha por combatir la demagogia y el discurso de “yo tengo otros datos”. 2
No debe de sorprender que el tema de la infodemia haya sido utilizado por la presidencia como un distractor más, como una manera de volver a marcar la agenda pública y controlar la crisis mediática que se les avecina. Que hable en contra de las redes sociales, principales impulsoras de su carrera hacía Palacio Nacional es en verdad un intento por descafeinar el odio y polarización que el mismo generó durante los últimos años. Acusando a las principales redes sociales de vendidas e irresponsables, curioso, nunca pensó eso mientras lo impulsaban electoralmente.
Twitter le respondió que no recibe ingresos por bots y que si quiere ver los ingresos que tiene, puede revisar su reporte financiero trimestral. El presidente volvió a callar al respecto, su discurso de odio no ha acabado, solo ha cambiado de escenario; se va a los medios tradicionales, Radio y Televisión. En los cuales, dispone de más de 6 horas diarias, incluyendo su mañanera que cada día se extiende más, y ahora sus conferencias de diversos temas por la tarde.
Este escenario y esta batalla está controlada y aquí no hay forma de que el presidente y su gobierno caigan mal parado, imposibilitando la interacción del público o de expertos que desmientan su dicho. Esta puesta en escena, cuenta con un grupo de paleros a los cuales les indican que preguntar. Los supuestos periodistas, realizan preguntas acordadas, en donde, con sus respuestas, la maquinaria de propaganda del régimen disemina dichos sin verificar, inclusive si fueren injurias y difamaciones a personajes de oposición.
El paso del mundo digital a la televisión es muy simple, el portal de tecnología y sociedad LoQueSigue.tv, difundió este martes los trending topics durante la crisis sanitaria a partir del 18 de marzo, donde de un total de 265 analizados, el número de hashtags contra López Obrador sumaban 52, contra 29 de los hashtags a favor del presidente.
Parece ser que su vieja fórmula, en la que cada vez que el presidente tenía una crisis de opinión pública, lanzaba ataques contra los expresidente Peña Nieto y Felipe Calderón ya no son suficientes, y ante una batalla que sabe que no podrá ganar, huye del ring para hacer sombra en sus programas de televisión, en donde todo está arreglado para hacerlo ver como todo un campeón.