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domingo, mayo 5, 2024

Infancias trans y sus derechos

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Para Rubi, Alejandra, Rebeca, Hazel, Ángeles, 

Paz, Paty, Julián, 

 Que con su coraje, pasión y convicciones

 me han enseñado a entender la vivencia trans.  

Negar que existen niños y niñas transgénero es desconocer, por un lado la diversidad sexual, y por otro, el derecho de todo ser humano a tener desde sus primeros años de vida una identidad de género, independientemente del sexo biológico con el que hayan nacido. 

Desconocer las infancias trans es negar la realidad que viven cuando menos el 0.5 por ciento de la población infantil y que por prejuicios predeterminados culturalmente se les ha negado históricamente el derecho a vivir libremente y con felicidad sus propias identidadades de género. 

A principios de la primera década de este siglo escribí un reportaje que reflexionaba sobre la homosexualidad infantil. Ahí planteaba la experiencia de muchas personas adultas de la diversidad sexual que entrevisté y coincidían en que desde sus primerons años de vida sabían de su diferencia sexual. En el caso de las personas trans decían que experimentaban el no reconocerse frente al espejo: “no era yo a quien veía en el espejo, yo era una una mujer y frente a mi veía a un hombre”, me dijo Paz, quien luego de luchar por años en contra de los prejuicios y la violencia machista, logró hacerse la reasignación de sexo. “Hoy me veo frente al espejo y sé que sí soy yo: Paz, una mujer íntegra y libre”. 

Me fue muy difícil que en su momento especialistas de la conducta humana me dieran una declaración clara y contundente sobre la transexualidad infantil porque era “un tema transgresor del cual aún no hay estudios serios”, me dijeron algunos. En las investigaciones que consulté no se mencionaba como tal la homosexualidad infantil, y prácticamente no se hablaba de la transexualidad en niños y niñas. 

Un intelectual mexicano que ya murió y que criticó mi escrito cuando se publicó, consideró que era muy osado hablar de homosexualidad en niños y niñas pues “no abona a la lucha del movimiento lésbico-gay”, dijo, ya que consideraba que poner el tema a debate público en ese momento -que se luchaba por la primera ley que buscaba la unión legal entre personas del mismo sexo-, era “darle argumentos a la derecha para que digan que el movimiento lésbico-gay ahora hasta quiere homosexualizar a los niños y las niñas”. 

Los tiempos han  combiado aunque lo prejuicios siguen, pues lo que pensaba ese escritor es lo que hoy esgrimen los grupos cristianos y católicos con la propuesta que se ha planteado recientemente en el Congreso de la Ciudad de México que defiende el derecho a la identidad de género de las infancias trans. 

De acuerdo al informe sobre Violencia contra personas LGBTI que publicó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 2015, indica que el promedio de vida de una persona trans es de 40 años debido a la violencia criminal y a su salud física. En el caso de niños y niñas, el estudio Profiles of student life: Attitudes and Behavior, palntea que el intento de suicidio en infantes trans es el 50.8 por ciento mayor que el del resto de las poblaciones infantiles. Un dato alarmante es el de los crímenes de odio: 261 mujeres transgénero y transexuales fueron privadas de la vida entre 2012 y 2018, de acuerdo al último informe de la Comisión Ciudadana de Crímes de Odio por Homofobia.

La propuesta legislativa a favor de las infancias trans en Ciudad de México parte del principio de realidad que viven estos niños, niñas y jóvenes en contextos de ignorancia y violencia machista ejercida desde el seno familiar y en los espacios públicos o institucionales, que afecta su salud emocional y desarrollo en ámbitos educativos y laborales, pues la complejidad de las temáticas trans revasan por mucho los binarismos de la sexualidad establecida culturalmente. 

Hoy en día se ha legislado a favor de las personas trans en Ciudad de México, Coahuila, Colima, Hidalgo, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, San Luis Potosí, y Tlaxcala. Y una muy buena noticia del pasado 21 de noviembre, Día Internacional de la Memora Trans, es que la Suprema Corte de Justicia de la Nación falló favorablemente la Tesis 346/2019 en la que se sostiene que el trámite para la adecuación de las actas de nacimiento de personas trans debe adecuarse en la mención “nombre” y “género” con un simple trámite administrativo. 

Esta propuesta no precisa el tema de las infancias trans lamentablemente, aunque no deja de tener relevancia, ya que tiene carácter nacional vinculante y obliga a todas las instancias competentes a adecuar sus marcos jurídicos para lograr el pleno reconocimiento de la identidad de género en todo el país. 

Esta resolución sintetiza el esfuerzo del movimiento trans de México por la igualdad y el acceso a un derecho fundamental, que es el derecho a la identidad de género de las personas trans y a los beneficios que el Estado debe proveerles a través de las instituciones sin hacer ninguna diferencia por esta circunstancia. Este esfuerzo se suma al que llevó a cabo el Instituto Nacional Electoral en 2018 con una propuesta del PRD que garantiza el derecho de las personas trans a votar y ser votadas. Esa propuesta se materializó con la publicación de un protocolo -elaborado por ese organo autónomo y organizaciones civiles de personas trans- que garantiza los derechos electorales de este sector de la población. 

Se espera que de los avances legislativos se desprendan políticas públicas que favorezcan la integración de niños, niñas y adolescentes trans en el corto plazo en todo el país, entendiendo que más allá de los prejuicios sobre la transexualidad debe garantizarse la despatologización y el bien superior de las niñas, niños y adolescentes trans, respetando por sobre todas las cosas la identidad de género que tienen sin trastocar su felicidad ni su integridad como personas. 

@antoniomedina41 

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