Diversos sectores industriales han adoptado medidas de mitigación de emisión de gases de efecto invernadero (GEI), sin embargo, algunas investigaciones apuntan a que no existe una regulación explícita en el sector agrícola. A su vez, se estima, el sector alimentario por sí solo podría impedir el logro de los objetivos climáticos mundiales, en donde de acuerdo con un estudio de la Universidad de Berlín, 80% de las emisiones de GEI agrícolas provienen de la ganadería.
En esta misma línea, el “Pacto Verde” de la Comisión Europea, no estableció medidas como la fijación del precio de carbono en la agricultura. Al respecto, una investigación de la Universidad Técnica de Berlín, argumenta que esta herramienta política es necesaria para mitigar el impacto de las emisiones GEI del sector agrícola. El cual, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, es uno de los sectores en donde más ha crecido las emisiones de CO2 en los últimos 40 años. Así, menciona el estudio de la Universidad de Berlín, una gran parte del impacto climático del sector agrícola en la Unión Europea se debe a la ganadería.
Relacionado con ello, cuestiona las políticas de los gobiernos, pues consideran, el discurso al rededor de la industria cárnica está moldeado por la desinformación. Por ejemplo, para influir en la opinión pública sobre el consumo de carne, se enfatiza en la libre elección, pero la agenda vegana es representada como elitista y propia de unos cuantos. La industria cárnica deja que la responsabilidad de su impacto recaiga en los usuarios, pues enfatiza la regulación voluntaria, pero no establece medidas para disminuir emisiones GEI. Y como último ejemplo se menciona que este sector sustenta de manera falsa el consumo de carne en la ciencia.
Como primera medida para establecer los costos de las emisiones GEI en la agricultura, el estudio de la Universidad de Berlín propone aumentar impuestos. Pues estos incentivan las inversiones en métodos y cultivos que ayuden a frenar las emisiones GEI. Al no tener costos fijados, las opciones tecnológicas que podrían aumentar la eficacia de la producción ganadera hasta un 10% son limitadas. Del mismo modo, se enfatiza, los gobiernos deberían intervenir, incluso subsidiando las prácticas de pequeños productores. Pues de este modo se reduciría el impacto en el aumento de costos para las familias de bajos recursos. En cuanto a los impuestos de la ganadería, el estudio explica, generarían benefecios en la reducción de emisiones contaminantes. Al mismo tiempo que traería beneficios colaterales para la salud de los seres humanos y de los mismos animales,
A su vez, la investigación “High ‘steaks” describe, en la Unión Europea, el sector agrícola es el que tiene menos reducción de emisiones GEI en los últimos 15 años. En particular, el estudio específica, gran parte del impacto climático puede atribuirse a la ganadería. De este modo, los investigadores describen, la mitigación de la emisión de GEI tendría que estar relacionada con una caída en la demanda de ganado. Sin embargo, aseveran, para lograr estos objetivos deben implementarse instrumentos políticos como etiquetado, subsidios para alternativas respetuosas con el clima, así como la fijación de precios de las emisiones provocadas por la agricultura.
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