Por Jesús Zambrano Grijalva
Presidente del Partido de la Revolución Democrática
Es mentira que México cuente “en el peor momento con el mejor gobierno”, como sostuvo hace unos días el Presidente López Obrador. ¡Una mentira más de las muchas que lleva diciendo día a día! La realidad, los “datos duros” y no sólo las percepciones, nos señalan que, muy por lo contrario, este es un gobierno incompetente frente a una de las etapas más complejas con que nos ha tocado lidiar desde hace décadas.
El gobierno de la autodenominada 4T es incapaz de combatir la corrupción (ni la del pasado y, convenientemente, mucho menos la actual, la suya), es incapaz de frenar la violencia criminal y de reducir las muertes violentas, es incapaz de propiciar las condiciones que permitan la generación de los empleos que el país necesita y es incapaz de implementar los cambios que requiere la estrategia para abatir los contagios y muertes a causa del Covid-19. Un gobierno incapaz que no le sirve de mucho a la gente.
Sobre la documentada corrupción de sus cercanos el Presidente no dice ni Pío o la justifica diciendo que se trata de “aportaciones” del pueblo y sobre la corrupción del pasado monta grotescos circos mediáticos con tal de distraer a la sociedad de sus fracasos. Si se tienen pruebas en contra de los expresidentes, que se les denuncie y se proceda conforme a Derecho. Dicho sea de paso, la fallida “consulta” para llevar a juicio a Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, demostró que el Presidente y su partido han perdido capacidad de movilización y no son acompañados en sus disparates por una creciente proporción de la ciudadanía.
La rifa del avión presidencial, el distractor favorito del régimen, es otro fracaso para el primer mandatario, un insulto a la inteligencia de la gente y una muestra más de la insensibilidad ante las necesidades prioritarias, como lo son las sanitarias. Fue una rifa en la que, contrario a lo dicho inicialmente, el premio no fue el avión. No se logró vender la totalidad de los boletos, sino el 69.5% de los “cachitos” que se emitieron y los premios se solventaron con la aportación del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado. Además, el mismo gobierno adquirió boletos y repartió los que no se vendieron entre instituciones de salud en lugar de asignarles directamente los recursos que urgentemente requieren. Un absurdo por donde se le vea cuya función ha sido la de evitar que se discuta sobre los temas realmente importantes.
En materia de seguridad pública, muy pronto se alcanzará en esta administración el número de muertos a causa de homicidios dolosos que hubo en el sexenio de Calderón. Según México Unido Contra la Delincuencia, en el gobierno calderonista hubo 120, 935 asesinatos. En el de AMLO en 20 meses, hasta julio de 2020, se acumulan 48, 953, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública.
En relación con el empleo el panorama tampoco es halagüeño. Según datos del IMSS, durante agosto hubo una recuperación con una creación de 92, 390 empleos. El presidente sumó los días que han corrido de septiembre y aumentó la cifra a 130,000 puestos de trabajo formales recuperados. Hay que advertir que es un hecho, en el que por cierto, el gobierno no tiene mérito alguno, porque en ningún momento apoyó al sistema productivo y a la planta laboral. Además, este incremento apenas representa un 8% de la caída entre marzo y julio que había sido de 1 millón 117 mil 584 empleos perdidos. Esto quiere decir que si se mantuviera constante la tasa de crecimiento que se presentó en agosto, de 0.47% mensual, en un plazo de 11 meses, apenas regresaríamos al nivel de empleo que teníamos en febrero de este año.
En tanto, al de por sí deteriorado estado en que se encuentran las instituciones públicas del sector salud, ahora -con más de 70 mil muertes por Covid- se suma el catastrófico escenario que anticipó el propagandista López Gatell quien prefiere esconderse en un sinnúmero de pretextos antes de aceptar sugerencias para detener la catástrofe humanitaria.
Estamos, pues, ante un gobierno fracasado. Fracasado en todo. Un gobierno que miente, que engaña a la gente, pero que está obligado a rendir cuentas a la sociedad y hay que exigírselas, como lo ha planteado ya el Grupo Parlamentario del PRD: la ASF debe investigar las cuentas del gobierno de AMLO sobre la supuesta rifa del avión, cuántos y quiénes compraron los boletos, cuánto se recabó y por qué fue que supuestamente “cayeron los premios ” en los hospitales. ¡Ya no más farsas!
Artículo publicado en el Diario Del Yaqui del 16 de septiembre de 2020