En años recientes, y particularmente a partir de la pandemia de Covid-19, expertos en la materia han detectado una tendencia creciente de exigencia para las marcas de ofrecer opciones ecológicas y llevar a cabo acciones sostenibles, principalmente de parte de generaciones jóvenes. Según la consultora de marketing BIGFOOT, el 65.4% de la sociedad mexicana ha adoptado la tendencia conocida como de naturaleza dominante en sus hábitos de compra y consumo, cambio impulsado principalmente por las generaciones Z y Y.
Similarmente, esta tendencia se observa en Estados Unidos. Según la empresa de consultoría McKinsey & Company, aunque los compradores no consideran el impacto ecológico de los productos como uno de los principales factores para comprarlo, sí muestran preocupación por el impacto de los empaques en el medio ambiente y sí estarían dispuesto a pagar más por productos verdes y comprarían más productos empaquetados de manera sostenible si hubiera más opciones disponibles y estuvieran mejor etiquetados. Según la consultora, los consumidores están igualmente interesados en envases de plástico reciclables y reciclados y en sustitutos a base de fibra en un futuro.
De acuerdo con Globalwebindex, empresa de investigación de mercado, en términos numéricos de 2019, esta tendencia se refleja en el 42% de los consumidores de Estados Unidos y Reino Unido prefiriendo empaques hechos con materiales reciclados y/o sostenibles en sus compras diarias. Además, el porcentaje de consumidores alrededor del mundo dispuestos a pagar más por un empaquetado amigable con el ambiente ha crecido de 47% a 59% en tan sólo siete años y más de la mitad de sus encuestados tomaron la decisión más consciente de usar menos plástico desechable en comparación con 2018.
Según BIGFOOT, las marcas pueden anticipar esta tendencia, liderar el cambio cultural y crecer su preferencia y engagement, a través de acciones que incluyen la valoración de su empresa en relación con el medio ambiente, en términos de empatía y responsabilidad; identificar las tendencias sostenibles y más conscientes en crecimiento para vincularse con ellas desde el núcleo y propósito de la marca; identificar los códigos y el lenguaje con el cual construir los cambios deseados por el consumidor, en línea con el espíritu cultural de la época. Finalmente, descubrir si los arquetipos de la marca son los adecuados para transmitir los nuevos valores de la época o si se requiere reemplazarlos.
Estas acciones ayudarán a las marcas y empresas a adaptarse a los nuevos requerimientos de opciones ecológicas y sostenibles, impulsados principalmente por las generaciones más jóvenes, puesto que la cultura de cuidado del medio ambiente continuará en crecimiento, según las predicciones de los expertos.
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