El Cuerno de África se enfrenta a la peor crisis de langostas del desierto en más de 25 años, y la más grave en 70 años para Kenia, pero la situación actual y su potencial de convertirse en plaga regional, representa una amenaza sin precedentes para la seguridad alimentaria y podría provocar un mayor sufrimiento, desplazamiento y posibles conflictos.
Ocho países se han visto afectados, con grandes extensiones de pastos y cultivos afectados por la plaga en Etiopía, Kenia y Somalia, y enjambres registrados en Djibouti, Eritrea, Sudán del Sur, Uganda y la República Unida de Tanzania.
Mucho peor de lo previsto inicialmente, el aumento se ha visto exacerbado por las capacidades operativas limitadas en Somalia, así como por las fuertes lluvias e inundaciones del ciclón Pawan, en el mes de diciembre. A pesar de las medidas para controlar la plaga, el brote ya se ha extendido a otros países, en particular a la República Democrática del Congo, Irán, Sudán y Yemen.
El aumento de la langosta del desierto podría tener consecuencias devastadoras en una región ya vulnerable, lo que podría causar daños a los cultivos a gran escala e impactar la seguridad alimentaria en países afectados por sequías recurrentes, conflictos y altos precios de los alimentos.
Se estima que 20.2 millones de personas ya enfrentan una grave inseguridad alimentaria aguda, de acuerdo con la Clasificación de la Fase Integrada de Seguridad Alimentaria [IPC por sus siglas en inglés] Fase 3 y superior) en Djibouti, Eritrea, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur, Uganda y la República Unida de Tanzania. Con la próxima temporada de cultivo principal, la invasión de langostas elevaría esta cifra.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), hizo una petición de 138 millones de dólares para apoyar las operaciones de control y vigilancia rápidas y poner en marcha medidas anticipatorias, a fin de evitar un deterioro de la situación de seguridad alimentaria y salvaguardar los medios de vida.
La respuesta y la acción anticipada de la FAO se estructuran en torno al freno de la propagación de las langostas del desierto, a través de métodos de vigilancia continua, control de tierra y aire, que son técnicamente sólidos y adaptados al ciclo de vida de las langostas del desierto, realizando evaluaciones de impacto y promoviendo medidas ambientales, de salud y seguridad.
Según el plan de respuesta rápida, un millón de hectáreas están destinadas al control rápido de la langosta en Djibouti, Eritrea, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur, Uganda y la República Unida de Tanzania.
Salvaguardar los medios de vida y promover la recuperación a través de intervenciones en efectivo, alimentos complementarios para el ganado y paquetes de recuperación y agricultura de medios de vida, son otras medidas adoptadas por la FAO, que estima que 110 mil hogares han sido objeto de protección rápida de los medios de vida y apoyo de recuperación.
La coordinación y preparación para el despliegue de un rápido apoyo de emergencia, colaboración con asociaciones regionales, promoción regional y desarrollo de capacidades nacionales, ha sido fundamental para obtener avances, señaló el organismo multilateral.
NTX