Ante las políticas de reactivación económica, e iniciativas de nueva normalidad, implementadas en países donde las curvas de contagio por Covid-19 han llegado a los niveles bajos, pertinentes para terminar la cuarentena de manera paulatina, diversos gobiernos e instituciones plantean la posibilidad de expedir documentos que acrediten la inmunidad de quienes padecieron y se recuperaron de la enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que diversos países han considerado y planeado expedir una licencia para otorgar a pacientes recuperados de Covid-19 acceso a espacios y movilidad, previamente restringidos por la emergencia sanitaria; así como la posibilidad de viajar a otros países restringidos. El primer caso registrado ocurrió en Chile, cuando las autoridades gubernamentales advirtieron sobre la implementación de pasaportes de inmunidad, con objeto de reanudar actividades y reactivar la economía. Otras naciones que han considerado esta iniciativa son Alemania, Italia, y Estados Unidos.
De acuerdo con una publicación de la revista Nature, que coincide con la postura de la OMS, las objeciones frente la implementación de pasaportes de inmunidad son de carácter médico, como la falta de información concluyente sobre la manera en que opera la inmunidad para esta enfermedad; y de carácter ético, como la posibilidad de generar discriminación entre la población, y forzar la reactivación de las jornadas laborales sin protocolos de seguridad, más allá de los permisos y licencias expedidas. Las estrategias en discusión parten de la iniciativa para dar prioridad al aspecto colectivo de la salud pública, antes de incentivar el carácter individual de acreditación por inmunidad.
Pese a las dificultades en la implementación de permisos o pasaportes especiales, basados en la inmunidad, el consenso indica que el mayor riesgo opera directamente en el sector salud. En primer lugar, el margen de error en los diagnósticos de inmunidad es amplio, representa un riesgo aún en pacientes recuperados y población que no se considera de riesgo. En segundo lugar, los pasaportes por inmunidad tienen la capacidad, de privilegiar a ciertos sectores de la población, cuya capacidad de adquirir documentos de manera ilícita les permita moverse u operar sin importar las restricciones y riesgos; esto incluye empresas con intenciones de expedir licencias falsas, con objeto de no reducir su producción.
Según la opinión de Sean Aas, especialista y profesor de filosofía del instituto Kennedy Institute of Ethics, Universidad de Georgetown, Washington D.C., la implementación de los pasaportes de inmunidad, o cualquier otra licencia de esa naturaleza, puede resultar atractiva y éticamente válida, debido a la iniciativa para reactivar la economía; pero solo en teoría, ya que las licencias y pasaportes dependen de múltiples variables administrativas y laborales, así como de una absoluta transparencia por parte de las autoridades.
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