Conforme continúa desarrollándose la pandemia de coronavirus, muchas de las personas contagiadas se recuperarán y se reintegrarán a la nueva normalidad sin mayor problema, como han anunciado las autoridades de salud desde un principio. Sin embargo, para el porcentaje de la población hospitalizada por Covid-19 grave, el proceso de recuperación puede ser más complicado. En México, se estima el 27.7% de los más de 390 mil casos confirmados han requerido de hospitalización, de acuerdo cifras de finales de julio de 2020.
Según reportan médicos alrededor del mundo, muchos pacientes que han sido dados de alta tras padecer falla respiratoria severa por la Covid-19 presentan un amplio rango de síntomas persistentes, tanto físicos como neurológicos, cognitivos y emocionales. A esta variedad de síntomas y retos para la recuperación de un paciente después de una enfermedad severa se le suele conocer como síndrome post cuidado intensivo o SPCI, una denominación general.
El problema más común del SPCI de la Covid-19 es la falta de aliento, resultado de un impedimento cardíaco o respiratorio o bien de un problema de coagulación de la sangre. Algunos pacientes también presentarán dificultad temporal para tragar o hablar debido a inflamación de las cuerdas vocales tras haber sido intubados, según se ha observado.
También, especialistas en cuidado intensivo de centros médicos como la Universidad Johns Hopkins o la escuela de medicina de la Universidad Yale advierten de la posibilidad de debilidad muscular a causa del largo periodo en el que permanecen recostados en los hospitales los pacientes con Covid-19 grave. Esto puede provocar dificultades para caminar, subir escaleras y levantar objetos. Síntomas neurológicos como fatiga y confusión mental también pueden aparecer.
En el ámbito emocional, el trastorno de estrés postraumático (PTSD) es común, así como las pesadillas, la depresión y la ansiedad debido al tiempo que los pacientes suelen permanecer hospitalizados sin contacto con amigos y familiares. Una complicación conocida como delirio hospitalario, la cual involucra alucinaciones paranoicas relacionadas con periodos largos de anestesia, interacción social limitada y falta de movilidad, puede retrasar o dificultar la recuperación. Según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, los pacientes de las unidades de terapia intensiva quienes experimentan delirio hospitalario son más propensos a padecer síntomas cognitivos por meses después de dejar el hospital.
Muchos expertos mencionan, es probable, los pulmones se recuperen del daño por Covid-19 en cuestión de meses, aunque otros problemas pueden permanecer y en ocasiones una recuperación total puede ser imposible. Como referencia, pacientes que padecieron síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), una falla respiratoria similar a la de los casos graves de Covid-19, han recuperado una función pulmonar cercana a la normal cinco años después de la enfermedad, aunque con la persistencia de otros síntomas físicos y emocionales, según un estudio publicado en New England Medical Journalen 2011.
Otro estudio, del doctor Dale Needham, de la Universidad Johns Hopkins, y otros autores, reporta fatiga significativa un año después en un tercio de pacientes con SDRA. Otro más calcula, de 65 pacientes que padecieron SDRA y a quienes dieron seguimiento durante cinco años, casi un tercio no regresó a trabajar debido a los síntomas persistentes tras haber sido dados de alta.
Algunos síntomas, como la falta de aliento y los problemas de coagulación, pueden tratarse con medicamentos, pero los expertos señalan la variedad de terapias que podrían llegar a ser necesarias, como la terapia respiratoria, física, ocupacional o de habla. Debido a esto es muy probable el aumento en la demanda de fisiatras, neurólogos y especialistas de la salud mental. Expertos afirman, el proceso de recuperación en pacientes graves de Covid-19 puede no ser lineal y los síntomas que padezcan durante este tiempo pueden incluir una o más de las manifestaciones mencionadas anteriormente.
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