Los smartphones o teléfonos inteligentes tienen muchas ventajas, aunque entre sus efectos negativos se ha mencionado recurrentemente el causar problemas de sueño. Según una encuesta del King’s College de Londres, 69% de personas con comportamiento de adicción al smartphone reportó problemas de sueño, mientras un 57% de personas sin comportamiento adictivo reportó lo mismo. Para combatir este efecto adverso, muchos fabricantes comenzaron a implementar el modo nocturno en sus dispositivos, para reducir el nivel de luz azul, asociada con los problemas de sueño. Sin embargo, un estudio publicado en la revista Sleep Health puso a prueba la efectividad del modo nocturno en los teléfonos inteligentes, en particular en los iPhone.
Sorprendentemente esta investigación no encontró un impacto significativo para mantener el sueño entre usar el modo nocturno del smartphone y no usarlo. En una primera instancia, los investigadores separaron en tres grupos a los participantes del estudio: quienes usaron el smartphone por la noche con el modo nocturno, quienes lo usaron sin el modo nocturno y quienes no usaron el smartphone antes de acostarse. Sin embargo, no encontraron diferencia alguna entre los resultados del sueño medidos entre los tres grupos, que incluyeron duración total del sueño, calidad del sueño y el tiempo para conciliar el sueño.
Tras la falta de diferencias significativas en las tres categorías, los investigadores dividieron la muestra en dos grupos: quienes en promedio durmieron alrededor de siete horas y quienes durmieron menos de seis. Dentro del grupo que durmió siete horas, se observó una ligera diferencia en la calidad del sueño según el uso del teléfono inteligente. Quienes no usaron un teléfono antes de acostarse tuvieron una calidad de sueño superior, en comparación con quienes usaron el smartphone de modo normal y con modo nocturno.
Dentro del grupo de seis horas, sin embargo, no hubo diferencias en la calidad del sueño en función de si los participantes usaron modo nocturno o no. De acuerdo con el estudio, los resultados sugieren que no sólo la luz azul crea dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido. Esto apunta a otros factores con un impacto significativo para la calidad del sueño, como el efecto psicológico de enviar mensajes de texto, scrollear y publicar en redes sociales.
Con la llegada de la pandemia de Covid-19, se experimentó un aumento en el uso del smartphone, particularmente en el caso de estudiantes universitarios. Un estudio de la Universidad de Sevilla apunta un uso tres veces mayor del smartphone en estudiantes con niveles más bajos de actividad física, en comparación con otros jóvenes. Dicho estudio encontró, además, evidencia de una peor calidad del sueño entre los usuarios más asiduos del smartphone.
Si bien, teóricamente la reducción de la luz azul con el modo nocturno del smartphone tendría que ayudar a mantener el sueño, en la práctica parece no ser así. Dada la evidencia con la cual se relaciona el uso intensivo del smartphone con los problemas de sueño, existe una urgencia por investigar más a fondo el mecanismo en función, con el objetivo de ayudar a disminuir su efecto negativo.
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