Arturo Prida Romero
Presidente del IX Consejo Nacional del PRD
El brutal asesinato de Fátima, una niña de siete años en Tláhuac, nos obliga a seguir exigiendo al Gobierno de la Ciudad de México y al Gobierno Federal, a tomar medidas urgentes sobre la violencia que vive el país. Pero no la violencia en general, que esa también está desbordada; sino la violencia contra las mujeres.
En México mueren asesinadas 10 mujeres al día y el presidente Andrés Manuel López Obrador, solo se atreve a decir que estos feminicidios son a causa de la moral individualista y del pensamiento conservador y que por favor no pinten Palacio Nacional. Estas respuestas a mí, me irritan, me molestan, me preocupan y me indignan. El presidente de la República en su discurso ejerce violencia machista, al creer que las mujeres necesitan ser cuidadas, que deben de estar en sus casas, que son débiles y que solo quieren empañar su gobierno. Señor presidente, le recuerdo que su trabajo, es generar las condiciones de igualdad, seguridad y derechos de todas las mujeres, a través de acciones de gobierno y de políticas públicas.
La semana pasada, otro feminicidio nos indignó, fue el de Ingrid Escamilla, de 25 años. Su pareja confesó, en un vídeo que la había matado. Las fotos del cuerpo de Ingrid aparecieron en las páginas de los medios de comunicación. Como casi siempre, los policías vendieron o permitieron a los reporteros de la nota roja, tomar esas fotos. Ya basta de la violencia machista.
La violencia machista es un problema social de proporciones gigantescas. Muchos de nuestros comportamientos y actitudes se basan en la educación que hemos recibido, quiero aclarar que no siempre y que no todos; pero la educación la obtenemos de casa, en la escuela, en la cultura popular de nuestro país, en los medios de comunicación, y que, en ocasiones, reproducen imaginarios sociales y estereotipos que normalizan los diferentes tipos de violencia machista.
Esta violencia machista se puede observar en alguna de las siguientes conductas por parte de su pareja: si les grita; les da golpes y dice que son juegos cariñosos; les dice que siempre hacen cosas para ponerlo celoso; da golpes a la pared, muebles u objetos cuando se enfada; destruye algún objeto personal de su pareja; destruye algún objeto de alguna amistad o familiar que es importante para ellas; las empuja; las culpa de que siempre haya peleas y tensiones; se enfada de forma desproporcionada por pequeños detalles; amenaza con objetos o armas. Estas y otras muchas conductas, son causa de alarma de que se vive bajo la violencia machista.
ONU mujeres, estima que el 35 por ciento de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su compañero sentimental (estas cifras no incluyen el acoso sexual) en algún momento de sus vidas. Sin embargo, algunos estudios nacionales demuestran que hasta el 70 por ciento de las mujeres ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental durante su vida. 2
Se estima que de las 87,000 mujeres que fueron asesinadas globalmente en el 2017, más de la mitad fueron matadas por sus parejas o miembros familiares. Lo que quiere decir que 137 mujeres alrededor del mundo son asesinadas a diario por un miembro de su familia. Más de un tercio de las mujeres asesinadas en el 2017 fueron exterminadas por su actual o expareja.
Las mujeres adultas representan casi la mitad el (49 por ciento) de las víctimas de trata de seres humanos detectadas a nivel mundial. En conjunto, las mujeres y las niñas suponen cerca del 72 por ciento, siendo las niñas más de tres de cada cuatro víctimas infantiles de la trata. Más de cuatro de cada cinco mujeres y casi tres de cada cuatro niñas víctimas de trata lo son con fines de explotación sexual.
Se calcula que hoy hay en el mundo 650 millones de mujeres y niñas que se casaron antes de cumplir los 18 años. Durante la última década, la tasa mundial de matrimonios infantiles se ha reducido. El matrimonio infantil suele dar lugar a embarazos precoces y al aislamiento social, interrumpe la escolarización, limita las oportunidades de las niñas y aumenta su riesgo de sufrir violencia doméstica.
Estas cifras son alarmantes e indignantes. Ya basta señor presidente López Obrador de no hacer nada al respecto, y de solo tratar de distraer la opinión pública, de los verdaderos problemas que tiene este país, la inseguridad, la falta de crecimiento, el despendio de recursos con fines electorales, el desabasto de medicinas, y los feminicidios. Ni una menos.
