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miércoles, octubre 23, 2024

El “arte” y el engaño

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Por: H.P. Bryan Armando

¡Pan y circo pa´l pueblo! Es la frase perfecta para describir el constructo ontológico de un gobierno clientelar. Esta forma tan peculiar de hacer política se la debemos al emperador romano Tito, pues durante su periodo ocurrieron hechos como: la destrucción de Pompeya, debido a la erupción del Vesubio; la epidemia que diezmó a Roma –lo cual provocó que muriera un tercio de la población–; y, el incendio que asoló a la ciudad durante tres días. Cuando el pueblo demostró su descontento hacia el emperador, en lugar de atender las necesidades y exigencias que le demandaban optó por terminar la construcción del Coliseo y tras su inauguración, hubo cien días de espectáculo gratuito.  

Entonces ¿esa es la forma de hacer política? Puesto que lo óntico de lo político es el desarrollo como unidad colectiva y la política se fundamenta en la supervivencia de la sociedad; en ambos casos el emperador consiguió su cometido pues desvió los reclamos y calmó al pueblo logrando la unidad colectiva y la supervivencia de la sociedad. 

En lo particular, el clientelismo lo designaría como la corrupción de la democracia dado que es la alienación de los sujetos ante la tiranía de la memoria selectiva, debido a la falta de integración de los sujetos en temas políticos y el escaso interés de la política en los sujetos, en el que el gobierno solo busca la distracción y tener contento al pueblo, pues se trata a los sujetos como “clientes” que, con un descuento, una promoción o un concierto, se olvidan de los reclamos y únicamente desean, con avidez, dos cosas: pan y circo. 

Este “pan y circo” es lo que Adorno y Horkheimer denominarían la cultura de masas como producto de manipulación sobre la sociedad pues se utiliza la figura de un artista de talla internacional, para olvidar a los 40 inmigrantes (muertos en una estación migratoria), el accidente de la línea 12 del metro o la falta de becas en las escuelas públicas –por mencionar algunas–, por tanto, este concierto es presentado para dar entretenimiento o “atole con el dedo” como lo hizo el emperador romano Tito. 

La problemática en la relación sujeto-cliente no es que el pueblo acepte estar enajenado a esta imposición ideológica que los trata como clientes que puede comprar, sino que es el aferrarse ideológicamente a la idea de ser clientes que los pueden comprar, sin importar qué tan desagradable o corrupto sea su gobierno, ya que les habrán dado su dosis de “cultura”. 

El concierto de “La Rosalía” se vende bajo la argumentación falaz de que los jóvenes preferimos un espectáculo “digno y de gran calidad”, en lugar de un transporte público digno y de gran calidad, que no arriesgue la vida de cada mexicano que tiene la necesidad de utilizarlo y si se opta por decir lo contrario, se les acusará de clasista y opositores que consideran que este tipo de actividades “culturales” no pueden ni deben ser gratuitas.

No obstante, se excusan en el artículo 4º de la Constitución mexicana, argumentando que “generan” acceso a la “cultura” de todos los sectores de la población hacia los que menos tienen. Yo me pegunto ¿Qué entenderán por cultura? Pues desde su discurso demagógico populista, expresan que la cultura solo les pertenece a aquellos con mayor capital económico y los que menos tienen, carecen de ella. Entonces ¿Solo los ricos tienen cultura y los pobres son incultos?

Asimismo, mencionan que es posible un concierto gratuito y la remodelación del metro, ya que desde una política de anticorrupción se pueden lograr ambas cosas. Pero ¿Qué pasa con el metro? ¿Acaso no ven en qué condiciones se encuentra? ¿O no se quieren dar cuenta? Lo olvidaba, ellos no usan el transporte público, a menos que sea para tomarse fotos. 

Ahora bien, el concierto gratuito únicamente lo podrán gozar aquellos que no sean parte de la oposición ni los que se quejaron del presupuesto utilizado, porque algún funcionario público de MORENA estará en primera fila para recriminárselos, pues su público son los que se quedan callados, los que agradecen lo que les dan y aceptan “el pan y el circo”. 

Dentro de la línea Marxista Abierta se entendería como la trampa fetichizante de la decisión planteada entre sujeto-cliente y política-comprador, donde el modelo clientelar es utilizado sutilmente por la “corcholata consentida” del señor presidente para ganar el favoritismo en el 2024, esto pone sobre la mesa el siguiente cuestionamiento ¿No sabía que ya se puede empezar a hacer campaña política para las elecciones presidenciales? Porque este concierto tiene un interés de fondo. 

Bibliografía 

Castillo, Sandra (21 septiembre, 2020). Línea del medio: Pan y circo, la sátira de la actualidad. [Véase] https://lalineadelmedio.com/panycirco-lasatiradelaactualidad/

Gaytán, S. Pablo (2010). Redes hipermediáticas de acción colectiva. La apropiación política de los medios digitales por los movimientos sociales.  Movimientos Sociales. Veredas. Revista del pensamiento sociológico año 11, número 21, segundo semestre de 2010, pp. 47-79.

Radetich, F. Natalia (enero-abril 2012). El arte, la técnica y lo político: a propósito de La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, de Walter Benjamin. Argumentos, Estudios críticos de la sociedad, Vol. 68, pp. 15-26.  

Referencias

Horkheimer, Max y Theodor W. Adorno, “La industria cultural. Ilustración como engaño de masas”, en Dialéctica de la ilustración. Fragmentos filosóficos, trad. Juan José Sánchez, Trotta, Madrid, 1994. 

Bryan Armando es Egresado de Sociología por la UAM-X

Actualmente estudiante de C.P. por la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública en C.U.

Técnico en Medios de Comunicación

Fb: H.P. Bryan Armando

Ig: @h.p.armando

Tw: @H.P.BryanArmando

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